La Sociedad Parque Central confía en reconducir el proyecto, con cambios

Valencia

La reunión del martes del Consejo de Administración de la Sociedad Parque Central no ha dejado satisfecho a nadie. El Director General de la Sociedad Valencia Parque Central está convencido de que se pueden introducir modificaciones a la propuesta de soterramiento de vías que ha hecho el Ministerio de Fomento para respetar al máximo el plan urbanístico. Salvador Martínez Císcar cree, además, que las cuatro torres previstas en los extremos del parque, son necesarias para financiar la operación.

Martínez Císcar asegura que la propuesta de Fomento es positiva porque permite iniciar las obras por etapas y soterrar las vías a medio plazo entre San Marcelino hasta Giorgeta y a un precio razonable. También permitiría eliminar el puente de Giorgeta para que el tráfico circule en superficie. Eso sí, rechaza la afección que tendría sobre una de las torres, la suroeste, que no podría levantarse al ser ocupado el subsuelo el futuro túnel. El director de la sociedad es partidario de mantener la ubicación prevista de las cuatro torres por armonía visual y por necesidades económicas.

Por eso plantea trasladar el túnel unos metros para que esa torre de Giorgeta se respete y no haya que cambiar el plan general, algo que retrasaría mucho la operación. Martínez Císcar también cree necesario el aparcamiento bajo la futura estación central subterránea y resta importancia a la pérdida de centralidad de la misma ya que algunos trenes no llegarán a la calle Xàtiva, sino que pararán unos 500 metros antes al no caber todos los andenes previstos entre la calle Alicante y Bailén. Respecto al eje pasante, el director general reconoce que la estación de Cercanías de Tarongers es irrenunciable. La de Aragón, no tanto.

Reacciones desde el Consell

Desde Alicante, la Vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha arremetido contra el Gobierno Central y ha metido en el mismo paquete el soterramiento de vías y el contrato programa. Asegura que “parece mentira” que se aplace cinco años un proyecto que deja “empantanada” a Valencia, que tampoco tiene contrato programa, pese a ser la tercera ciudad de España.