Contratos con incertidumbre a profesores de filosofía

Madrid

El curso ha arrancado en Madrid con decenas de vacantes para profesores de filosofía. No son pocos los centros en los que no ha habido docentes para impartir esta asignatura en el inicio de las clases. Tanto es así, que la Comunidad ha convocado una bolsa extraordinaria cuyo plazo termina hoy al no haber podido cubrir las vacantes con los interinos disponibles.

No obstante, la convocatoria ha dado lugar a una situación peculiar. Antes del cierre del plazo se ha llamado ya a profesores que han comenzado a dar clase, pero que no saben si la próxima semana seguirán en sus puestos. Uno de los que han sido llamados, que ha preferido no dar su nombre, reconoce que al día siguiente de entregar la documentación ya le llamaron. Al revisar el contrato, se especificaba que quedaba pendiente de la resolución de la convocatoria, es decir, si otro aspirante conseguía esa plaza una vez terminado el plazo, él dejaría de dar las clases que ya ha comenzado a impartir: "estoy en esa incertidumbre porque es así como se ha hecho el contrato. Supongo que necesitaban profesores de filosofía ya mismo y creo que la desesperación les ha llevado a hacer esto".

Una incertidumbre para profesores y alumnos que ha sido denunciada por el sindicato Comisiones Obreras, cuya portavoz en materia de enseñanza es Isabel Galvín: "es una chapuza irregular. Para nosotros es ilegal de pleno derecho y lo llevaremos ante la justicia", asegura. Cree el sindicato que no sólo se impide la creación de vínculos entre profesores y alumnos, sino que no hay garantías jurídicas de que el proceso esté bien hecho.

Estos contratos se han hecho a profesores en varias direcciones territoriales, y la sensación general se mueve entre la angustia y la esperanza: "tenemos una satisfacción relativa porque es una oportunidad de poder por fin trabajar en aquello para lo que te has preparado. Pero también hay mucha angustia porque te meten de un día para otro a dar clase sin tener ni las programaciones", concluye el profesor que ya ha sido llamado.

La Consejería de Educación, por su parte, niega cualquier irregularidad. Defiende que las contrataciones se ajustan a la legalidad porque los profesores que han sido llamados cumplen con todos los requisitos para impartir las clases de filosofía.

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