In memoriam 2.0 | 19-08-2015
Un grupo de informáticos de Girona crean una red social dedicada a compartir los recuerdos de los que ya no están
Barcelona
Albert López tenía 20 años. Jugaba a balonmano y quería ser piloto. Hace 3 meses, un cáncer se lo llevó para siempre. Ahora, sin embargo, sigue vivo, en la red. Los amigos y la familia no dejan de compartir sus recuerdos a la nube. Según su madre, Montse Ortega esta es la mejor manera para poderlo superar.
Uno de los espacios que utiliza Montse para digerir la muerte de su hijo es una red social que, de hecho, sólo tiene 2 meses de vida: Alife. La han creado un grupo de informáticos de Girona y está dedicada únicamente a compartir los recuerdos de los que ya no están entre nosotros. Uno de los cofundadores, Jordi Martínez, explica cómo funciona.
Aseguran que el número de usuarios no para de crecer. Cada día 150 personas se dan de alta. Pero este no es el único espacio donde se comparte el luto. Los muros de Facebook, los hastags de Twitter o incluso las fotografías en Instagram también sirven para recordar a los difuntos. La psicóloga Dulce Camacho ve las redes como una gran herramienta.
Por ello, los expertos lo recomiendan, sobre todo, a las personas que viven en núcleos aislados. Ahora bien, alertan de que hay un riesgo de obsesionarse con estas aplicaciones y que, en todo caso, deben ser complementarias con el duelo tradicional. Jordi Puigalbret también es psicólogo.
Hace dos mil años, eran las pirámides o las grandes estatuas las que rememoraban los héroes difuntos. La revolución tecnológica ha llegado al más allá, y ahora sólo hay que hacer un clic para poder hacer inmortales los recuerdos de los que más queremos.