El Athletic golea al Barça y acaricia la Supercopa
Un golazo de San José y un hat trick de Aduriz firman una noche de ensueño en San Mamés y acercan el título a Bilbao
Bilbao
San José, con un golazo desde el centro del campo tras un error de Ter Stegen, y Aduriz, con un hat trick, han firmado el cuatro a cero y ha dejado más que encauzada la Supercopa de España para el conjunto rojiblanco de cara a la vuelta.
San José marcó desde casi 50 metros, desde el círculo central, en los minutos de dudas de Ter Stegen en la primera mitad y Aduriz apuntilló al Barcelona con tres goles de todos los estilos, con uno de sus estratosféricos cabezazos, oportunista en el área grande y de penalti. Todos ellos con Dani Alves como desgraciado protagonista.
Arrancó el partido con una posesión eterna del Barcelona, diez primeros minutos en los que el Athletic no hizo sino correr tras el esféricos y unos jugadores visitantes que, no obstante, no lograban profundizar. A partir de ahí, y con el gol de San José, el Athletic fue creciendo hasta dominar, si no la posesión, que fue del Barça en la primera mitad, sí la sensación de comodidad en el campo.
Al filo del descanso, Messi amenazó la meta rojiblanca con un disparo de falta directa, pero Iraizoz se estiró para enviar el balón fuera.
Salió espoleado el Barça en la segunda mitad y lamió el 1-1 en dos grandes oportunidades. La primera, tras un despeje defectuoso de Laporte, Pedro la estrelló en el larguero; y en la segunda, Messi, que recibió de Suárez, se encontró por segunda vez con Iraizoz.
Cuando todo se encaminaba a que se restableciese la igualada inicial, entre el canterano Sabin y Aduriz se fabricaron el 2-0, otro golazo. De un mal despeje de Alves a un centro desde la derecha de Susaeta llegó el 3-0. Como hizo también con el penalti de la frustración que cometió, casi irresponsablemente, Alves en un córner.
Fueron quince minutos de ensueño para un Athletic que llegó a este partido falto de gol, pero con Aduriz, que en esa máxima expresión del fútbol es una garantía. Y un seguro para un choque de vuelta al que arribarán los de Valverde después de vivir, por una vez, una noche mágica ante el Barcelona. Que parecía imposible.