Los quince días de Vara
Semana definitiva para el candidato socialista hacía su investidura. Su toma de posesión, previsiblemente, se producirá antes del 5 de julio
Mérida
Guillermo Fernández Vara entra en capilla este lunes. El martes, día 23, se inicia la novena legislatura autonómica con la constitución de la Asamblea de Extremadura. Sus 65 diputados votarán los órganos de gobierno de la cámara autonómica y la mujer que la va a presidir: Blanca Martín, socialista. En la Mesa, dos miembros del PSOE, otros dos del PP y uno de Podemos. Mientras, Victoria Domínguez, líder regional y diputada de Ciudadanos, tendrá que esperar unos meses a que se reforme el reglamento para que la Mesa le dé cabida. Los tres partidos están de acuerdo en que en ella tengan representación todos los grupos.
El 24, miércoles, la presidenta de la Asamblea se reunirá con los portavoces para conocer que grupos parlamentarios presentan candidato a la presidencia de la junta. Si no hay sorpresa, sólo el PSOE, con Vara, presentará candidato. Presidenta y candidato deberán reunirse entonces para fijar el debate de investidura. Todo apunta a que se celebrará, en dos sesiones, entre el 26 y el 30 de junio.
Vara no va a tener la mayoría absoluta requerida en la primera votación. Dos días después se convocaría otro pleno, previsiblemente entre el 1 y el 3 de julio. De nuevo, y si no hay sorpresa, ahí el candidato socialista si tendría la mayoría simple necesaria, aderezada con las anunciadas abstenciones del PP y Ciudadanos, mientras Podemos, que inicia ahora el proceso de consulta a sus bases, se nueve entre el “no y la abstención”, ha dicho su secretario general, Álvaro Jaén.
Monago, en el tablero de ajedrez
En la partida de ajedrez que había de jugarse tras la victoria socialista el 24 de mayo, el primero que movió pieza fue José Antonio Monago, líder del PP y presidente en funciones de la Junta. La misma noche electoral, tras felicitar a Vara, anunció la abstención para que gobernara el socialista como lista más votada. Dijo que por coherencia con la defensa que hace de que gobierne quien más votos tenga, pero el movimiento tenía un objetivo de calado, condicionar, en términos políticos, le escenario posterior de conversaciones y negociaciones para la investidura. Primero sin hablar con el propio candidato socialista, y segundo, en un claro intento de hacerle el sorpaso a Podemos antes de que pudiera posicionarse una vez escuchara las propuestas programáticas de Vara.
El candidato socialista, respondió la misma mañana del 25 de mayo: desplazó a Monago de la ronda de conversaciones y le dijo claro: “No quiero que me deje gobernar”. Probablemente el PP no esperaba una reacción tan rápida ni contundente. Vara le recordó a Monago después lo que el líder popular hizo en 2011, comunicarle por carta que su interlocutor preferente para la investidura era Izquierda Unida. Donde las dan las toman. El dicho popular define el primer pulso entre uno y otro.
Vara juega su partida sin comprometer su programa en aras de la investidura. Ni Podemos ha estado dispuesto a darle el sí, ni él lo ha buscado. Basta con la abstención para mantener viva la búsqueda de un espacio para el acuerdo en torno al grueso de los problemas sociales y económicos de la región. La idea es bien sencilla: no fijar el foco en un acuerdo perentorio para la investidura y sí mirando el primer año de mandato gubernamental y del curso parlamentario.
- Acuerdo de Transición y Plan De Ajuste