La mesa sin número

Horcajo de Santiago

Así, como el que le pide audiencia al Papa, una por una, fueron subiendo al escenario de los Salones Rutia de Horcajo de Santiago las mesas de comensales que acudieron ayer a ver a Cospedal.

El objetivo era llevarse una foto de grupo con la Presidenta. Total, suspendida la campaña, ya no llevábamos prisa. Una hora estuvo la candidata saludando y posando al más puro estilo Princesa Disney en el parque temático parisino. 30 pueblos, más la candidatura local, más la Presidenta y su séquito, más la prensa. El restaurante sació el apetito y la sed de más de 620 comensales. Como dicen por mi tierra, allí “no se cabía”.

Tanto es así que, al salir yo a tomar un poco el calor (y digo bien, que dentro el aire acondicionado estaba como en el temido pasillo de los yogures del Mercadona) noté cierta aspereza y griterío en los pasillos. El motivo es que había venido más gente de la esperada y se tuvieron que improvisar algunas mesas donde se pudo. Con razón decía Cospedal que el CIS se quedaba corto en sus previsiones de voto para el PP. Para pedir disculpas por las molestias y agradecer el viaje, ella misma subió al atril en los postres para enumerar a los presentes, que aclamaron y aplaudieron al escuchar el nombre de su pueblo como en el Grand Prix.

Cuando creíamos que la papeleta estaba ya resuelta, dijo el speaker: “Que suba la mesa sin número” y los chicos de la prensa, que estábamos en la número 1, pensamos: qué vida tan ingrata, ellos que pagan su cubierto con la ilusión de comer con la jefa sin sitio, y nosotros en la pole position.

Lo que todavía no les he contado es que el maestro de ceremonias que iba llamando a filas era nada más y nada menos que Jose Ángel Cañas. El gerente del PP de Castilla-La Mancha, que llegó a estar imputado en el caso SUFI a raíz de los papeles de Bárcenas. Como administrador electoral y responsable de “los cuartos” debió haber previsto el exceso de aforo...

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