El juez investiga si el casero pudo agredir sexualmente a la mujer desaparecida
En sus autos habla de posibles delitos contra la libertad e integridad sexual y desvela que durante los registros en el sótano encontraron dos preservativos
Madrid
Los autos del magistrado titular del juzgado nº 1 de Majadahonda, el que investiga la desaparición de dos mujeres en esta localidad de Madrid, arrojan detalles sobre este caso de supuestos asesinados: el juez, además de un secuestro y un posible asesinato, pone encima de la mesa también un posible delito de agresión sexual, encuadrado dentro de los delitos contra la libertad o integridad sexual de Adriana, la mujer argentina desaparecida. Además, en estos autos el juez también destaca que en los registros, al lado de la picadora de carne, los investigadores encontraron, además de armas de caza, dos preservativos: uno cerrado y otro abierto, aunque no especifica si el que estaba abierto había sido utilizado.
Será un posible delito que, como los otros que menciona en sus autos, tendrán que ser demostrados a lo largo de la instrucción. Los escritos del juez también muestran algunas pruebas que apuntalan la teoría de la muerte de esta mujer argentina: los informes científicos no sólo confirmaron que la sangre encontrada era de esta mujer, sino que mezclado con restos humanos también aparecieron tejidos de un sujetador y de un polo con la inscripción del local en el que trabajaba ella, con una chapa identificativa a nombre de “Adriana”.
Viaje simulado
Los autos del magistrado también arrojan detalles que han ido trascendiendo a lo largo de las últimas semanas: que el casero pasó de ser testigo a sospechoso cuando, después del primer registro, los investigadores comprobaron que sus versiones no cuadraban unas con otras, y también que las pertenencias de la desaparecida simulaban un inminente viaje: “En las zonas comunes se encuentra la maleta de Adriana con documentación personal y sus pasaportes y bolsas con productos de limpieza”, algo que al estar la casa “revuelta y sin signos externos de forzamiento, no se corresponde con el estado de orden en el que una persona deja una vivienda o habitación para emprender un viaje”.
El juez también menciona los mensajes que el casero supuestamente habría mandado desde el móvil de Adriana a su familia en Argentina: recibieron mensajes “que no se corresponden con su estilo, forma o manera de escribir, y que son contradictorios, diciendo en alguno que se ha mudado, en otros que está de viaje por Europa, en otro que tiene l teléfono roto y en otro que se compró una casa en Italia”.
En sus autos el juez también apuntala sus sospechas sobre la desaparición de la tía del casero: “Se hace necesario recabar datos para su localización, al desconocerse su paradero y ser el imputado la última persona que la vio con cida”. Nuevamente, en este punto, el casero dio versiones “poco creíbles y contradictorias” sobre su paradero: a su padre le dijo que la llevó por pueblos de Ávila a buscar casa bajas pero “no recuerda por dónde”, también que “la dejó en algún sitio de Ávila por no recuerda dónde”, y también que “no recuerda si la dejó a las afueras de la ciudad o a un pueblo”.