Destellos de Finito en otra tarde aburrida
Manzanares toreó mermado por una gastroenteritis y Daniel Luque sólo pudo brillar con el capote
Sevilla
En el balance final de la tarde otra vez aburrimiento en la Maestranza por culpa de los toros de El Pilar, que ensombrecieron el séptimo festejo de la Feria de Abril. Con todo, hubo destellos del mejor Finito de Córdoba en el toro que abrió plaza y buen toreo de capa de Daniel Luque. Manzanares, por su parte, actuó mermado por una gastroenteritis que no le permitió ser el torero al que nos tiene acostumbrados.
Se han lidiado toros de El Pilar, correctos de presentación y desrazados y de escaso juego en conjunto. Tuvo buen fondo el primero y movilidad aunque a menos el segundo, aplaudidos ambos en el arrastre. El resto, para el olvido, fueron pitados.
Finito de Córdoba, de terciopelo grana y oro, saludos tras aviso y silencio.
Manzanares, de catafalco y azabache, silencio tras aviso y silencio.
Daniel Luque, de azul noche y oro, saludos tras aviso y silencio.
En cuadrillas, Barroso picó bien al segundo, en el que Curro Javier y Luis Blázquez saludaron tras poner banderillas. Los hermanos Abraham y José Luis Neiro también saludaron tras banderillear al sexto.
Manzanares, aquejado por una gastroenteritis pasó a la enfermería, corriéndose turno y actuando en sexto lugar
La plaza se llenó en tarde calurosa.
La tarde no tuvo mal principio después de que Finito dejara en el recibo de capa dos medias verónicas de enorme sabor y estuviera muy a gusto con la muleta. Preciosos los trincherazos de remate, cambiando la muleta de mano en el último minuto y suavidad y temple del cordobés para sacar el buen fondo de un toro que tuvo cierta movilidad. Todo lo contrario que el cuarto, un animal muy descompuesto que perdía constantemente las manos de bruto que embestía.
La señal inequívoca de que Manzanares no estaba al cien por cien es que pinchó a sus dos toros. Un episodio de gastroenteritis, que también afecta a parte de su cuadrilla, mermó al diestro alicantino que tras despachar a su primero pasó a la enfermería para volver a torear al segundo de su lote en sexto lugar. De otra manera no se explica que Manzanares no atacara convencido a su primero, un toro que cumplió de sobra en el caballo, al que quito muy bien por verónicas Luque y que se movió en la muleta hasta el punto de que el respetable aplaudió el arrastre del toro y silencio al torero. Conocedores todos de la merma física del torero, se agradeció el buen recibo a la verónica al que cerró plaza, un toro insulso que no permitió mayor intento de lucimiento.
Concluía su Feria Daniel Luque, que definitivamente no ha tenido suerte con sus toros. Con todo, desmayó el toreo a la verónica ante el tercero, que después embistió muy irregular en la muleta, donde el de Gerena sólo logró calentar con las luquesinas finales. El quinto salió abanto y canto desde el principio su mansedumbre. Hubo un capotazo que pareció un circular completo por el pitón izquierdo y hasta ahí, porque el toro no quiso saber nada de embestir a la muleta. Pinchó en cuatro ocasiones y se echó el de El Pilar.