No compartir un premio de lotería no es delito
La Audiencia de Madrid absuelve a cuatro acusados de no compartir un boleto premiado con 3 millones de euros con varios clientes del bar que regentaban
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Madrid
El anuncio de la lotería de este año nos mostraba a un benévolo dueño del Bar Antonio que le guardaba un décimo premiado a un cariacontecido Manuel, cliente de toda la vida que por primera vez en muchos años no había comprado un boleto y se había quedado sin ver un solo euro. El anuncio – con el eslogan “El mayor premio es compartirlo” – tocó la fibra sensible de todos los españoles, pero cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia: la Audiencia Provincial de Madrid ha decidido absolver a cuatro hombres que fueron llevados ante la justicia por no compartir el premio de 3 millones de euros con varios clientes del bar que regentaban en el barrio de Tetuán.
Por tanto no compartir un premio de lotería puede levantar ampollas y acabar con más de una amistad de toda la vida, pero no es delito. Los jueces entienden que si a alguno de los miembros de este grupo de amigos le tocaba el premio gordo no tenía ninguna obligación – ni legal ni moral – de compartirlo con el resto: “No existía ningún pacto o acuerdo de reparto del premio especial, por lo que nada habría de reclamarse en caso de que los décimos se hubieran entregado a los jugadores antes de que se efectuara el sorteo”.
Previamente, otros jueces de lo civil les habían condenado a indemnizar a los afectados con 36.750 euros por décimo jugado.
En su sentencia, la Audiencia Provincial de Madrid se pronuncian sobre las reglas no escritas de la amistad: cómo se reparte un premio cuando no hay una ley estricta sobre el asunto. Clientes y dueños de este bar de la calle Capitán Blanco Argibay hacían siempre lo mismo cuando llegaba el momento de dejarse parte del sueldo en las apuestas: apostaban al mismo número, y luego se repartían las series o fracciones de forma aleatoria.
Ese 10 de agosto de 2002, el número 49.032, el que siempre jugaban, resultó agraciado con 2.940.000 euros, pero no se produjo el reparto que todos esperaban: el dueño y un trabajador del bar se quedaron los boletos premiados entre ellos, y de hecho abrieron una cuenta bancaria para repartírselo.
Finalmente los jueces no han estimado las pretensiones de los clientes del bar, que querían seis años de cárcel para cada uno y multas de 9.000 euros para cada acusado por un delito continuado de apropiación indebida, además de reponer los 2.099.271,30€ que consideraban de su propiedad. Algo más rebajada era la petición del Fiscal, que por este mismo delito solicitaba cuatro años de cárcel para cada uno y 4.320 euros.