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ALERTA ERTZAINTZA

Primeras denuncias en Euskadi por el fenómeno de los secuestros virales

La Ertzaintza alerta de este este fenómeno delictivo, por el que uno o varios delincuentes simulan el secuestro de una persona para extorsionar económicamente a sus familiares, empieza a detectarse aquí también

Bilbao

La Ertzaintza ha recibido durante los últimos meses varias denuncias de personas que dicen haber recibido llamadas telefónicas anónimas en las que supuestos secuestradores les informan de que tienen secuestrado a su hijo y les exigen una cantidad de dinero a cambio de su liberación. Los especialistas del Area de Delitos Contra las Personas, adscritos a la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza, analizan actualmente estas denuncias, junto con otras evidencias obtenidas en sus investigaciones, así como las características de denuncias similares presentadas ante otros cuerpos policiales fuera de la Comunidad Autónoma Vasca.

  • recomendación de la ertzaintza

El guión del delito, con pequeñas alteraciones, se repite en todos los casos denunciados: la víctima recibe una llamada en su móvil desde un teléfono con número oculto o desconocido. El supuesto secuestrador, en la mayoría de los casos con acento hispanoamericano, hace saber a la víctima que tiene retenido a su hijo, y que en el caso de que no siga sus indicaciones, acabará con su vida o le causará algún daño físico importante. El secuestrador exige el pago de una cantidad económica - que oscila entre los 350 y los 5.000 euros - la cual deben abonar por transferencia de manera inmediata a través de un locutorio. Esta premura en el tiempo es la clave de la situación, pues persigue que las víctimas, presas del pánico, no tengan tiempo de comprobar la veracidad de la situación y consumen el pago, llevando a cabo la transferencia del dinero exigido.

Para mantener la tensión, los extorsionadores utilizan distintas artimañas; en ocasiones requieren que la víctima no corte la llamada para, de ese modo, evitar que pueda conectarse telefónicamente con el supuesto secuestrado y darse cuenta del engaño.

Llamadas aleatorias

La Ertzaintza ha comprobado que la mayoría de las veces las víctimas son elegidas de forma aleatoria, mediante una simple llamada al azar, por lo que en ocasiones pueden incluso no tener hijos; pero también hay casos en los que los supuestos secuestradores pueden haber realizado una investigación previa, a través de falsas encuestas en la calle o telefónicas, o haber obtenido los datos en las diferentes redes sociales, en las que, inconscientemente, se cuelgan datos relativos a la vida personal, como el nombre y apellidos, número de teléfono, lugar de residencia o veraneo, centro escolar en el que se cursan estudios, fotografías, etc.

La persona falsamente secuestrada, habitualmente un hijo de la víctima, puede variar según el objetivo que persigan los delincuentes o los datos que posean, pudiendo hacer recaer la amenaza sobre cualquier otro miembro de la familia: un hermano, el padre, etc.

En declive en Latinoamérica

Esta tipología delictiva, nueva en el Estado, se viene utilizando desde hace tiempo en países de Centro y Sudamérica, especialmente en México, siendo una forma habitual de obtener dinero por parte de las redes delincuenciales de esos países. Sin embargo, en los últimos tiempos ha caído en desuso, ya que es conocida popularmente y pocas personas llegan a convencerse de que el secuestro sea real.


 
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