Spanoulis destroza al Baskonia

Vitoria

Laboral Kutxa se sintió un equipo grande durante veinte minutos. El juego exhibido por los vitorianos en los dos primeros cuartos recordó al Baskonia de antaño, aguerrido defensivamente, veloz en ataque, sin compasión hacia su rival. El Olympiacos se vió sorprendido por la puesta en escena de los de Ibon Navarro. Sobre el guión, el equip ejecutó a la perfección un baloncesto interesante y de alto nivel. Su gran acierto sin abusar del tiro, con la paciencia necesaria para el pase más y la canasta fácil. De una forma coral, el pabellón de la Paz y la Amistad enmudecía por momentos ante un conjunto vitoriano muy serio que se puso 3-0 de inició y acabó por delante el primer cuarto 17-18. El problema de las faltas, con Causeur, Shengelia y Adams con dos en los diez primeros minutos, obligó a las rotaciones. Pero los triples de inicio del segundo cuarto, dos de Adams y uno de Bertans dieron aire para que el juego interior también se reivindicara con los mejores minutos de Tillie e Iverson. Emocionante ver esta versión de Baskonia, quizás porque hacía años que no lo veíamos. Al descanso 28-37, con un Olympiacos aturdido y sin puntería desde el triple con solo uno de diez intentos. El Baskonia sumaba cuatro triples y dominaba el rebote.

Con medio trabajo hecho, el problema era rematarlo. Y sucede que ante equipos tan grandes con genios como Spanoulis, lo que parece negro, de pronto se convierte en blanco. El genial base griego salió al rescate de su equipo, cuando quiso y como quiso. Bastó con darle la pelota a él y anotar sin compasión. Así hasta 15 puntos en el tercer cuarto, para un total de 27, en un recital de poderío y calidad. Tres triples, canastas de dos, tiros libres y asistencias. El despliegue de recursos fue total. Olympiacos subió filas, su defensa al límite permitida por un nefasto arbitraje, no fue interpretada con acierto por los vitorianos que no supieron superar la presión al base y menos atacar con fluidez. El atasco baskonista lo solventó un Shengelia batallador y un Iverson siempre intenso. No fue suficiente. Los griegos lograron ponerse por delante en el tercer período 54-53. Con diez minutos por delante, se esperaba un pulso igualado, pero los vitorianos se desfondaron. Sin músculo, ni mentalidad, se dejaron llevar por los locales. Un parcial 13-0 colocaba el 67-53. El Baskonia tardó en anotar casi cinco minutos y los primeros seis puntos fueron desde el tiro libre. Ni Causeur, exhausto y sobrepasado por Spanoulis, ni San Emeterio cansado y poco acertado, ni Bertans, de nuevo precipitado sumaron desde el tiro exterior. Solo Hansbrough ya con el choque decidido logró cinco puntos, pero ya era demasiado tarde.

Una derrota que deja sensaciones diferentes. Amargura por la impotencia y cierta esperanza ante el baloncesto desplegado por los de Ibon Navarro durante 20 minutos. Quizás es, por ahora, el umbral de este equipo que intenta la lucha de igual a igual con los grandes, aun sabiendo que ya no lo es.