El juez envía al banquillo al parricida de Carabanchel
El magistrado Carlos del Valle da por concluida la investigación contra Jorge C.A por supuestamente degollar a su hijo de 19 meses y abre procedimiento abreviado
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Madrid
La investigación contra el conocido como ‘parricida de Carabanchel’ va tocando a su fin, y el acusado de haber acabado con la vida de su hijo de 19 meses en este barrio de Madrid en abril de 2014 está cerca de sentarse en el banquillo de los acusados en la Audiencia Provincial. El titular del juzgado de instrucción nº 14 de Madrid, Carlos del Valle, ha dictado el auto de procesamiento contra Jorge C.A por estos hechos, imputándole de forma indiciaria varios delitos de homicidio o asesinato, uno consumado y otro en grado de tentativa.
El auto al que ha tenido acceso la Cadena SER también confirma la situación de prisión provisional para el acusado. A falta de la práctica de alguna diligencia, se trata del paso previo a enviar toda la causa a la Audiencia Provincial, quien a la vista de la gravedad de los hechos será el organismo encargado de enjuiciarle.
En su texto, el juez expone los hechos que declara probados contra Jorge C.A: a las doce de la noche del 28 de abril de 2014, y presentando “un cuadro de intoxicación etílica aguda que comprometía gravemente sus capacidades cognoscitivas y volitivas”, el acusado seccionó la carótida izquierda de su hijo pequeño con una de las 19 puñaladas que le asestó con un cuchillo de cocina.
Según el relato del juez su otro hijo, de cinco años de edad, sobrevivió a pesar de recibir varias puñaladas en la espalda, pero tuvo que sufrir secuelas de carácter psicológico: “Episodios de ansiedad, miedo, agitación, terrores nocturnos y re-experimentación del suceso”, afirmando además que no puede descartarse que, dada su corta edad, esto no suponga “trastornos en la esfera afectiva que puedan influir en el desarrollo y la socialización del menor, sin que actualmente pueda preverse con una mínima seguridad su importancia”.
Para el juez, todos estos hechos y las pruebas recogidas son suficientes para decretar su procesamiento: entre las pruebas determinantes, el juez Del Valle apunta a “la flagrancia de los hechos al ser sorprendido el procesado inmediatamente después de perpetrar los hechos, así como por las declaraciones de los testigos, informes médicos forenses de autopsia y sanidad, de ADN y de salud mental”.
“Ese día volvió la voz que decía ‘mátalos”
Los magistrados que tengan la misión de enjuiciar a Jorge C.A por estos hechos tendrán que hacerlo con un informe forense encima de la mesa que afirma que el acusado padece un “trastorno psicótico grave” que afirma que sus capacidades cognoscitivas y volitivas se encontraban “gravemente comprometidas”, aludiendo también a la cantidad de alcohol que había ingerido de forma continuada esos días como posible origen. Un informe que abre la puerta a posibles eximentes por su estado de salud mental y de intoxicación etílica.
El informe forense recoge que intentó suicidarse a los pocos días de su detención y también incluye las respuestas que dio a las preguntas de los médicos: “Yo no me encontraba bien. En diciembre del año anterior fallecieron prácticamente en la misma dos tíos y eso me afectó mucho. En enero o febrero comencé a tener pensamientos de muerte y a oír una voz que me decía ‘muerte’, sólo esa palabra”.
Una voz que, según explicó a los médicos, apareció una noche que se quedó al cuidado de los niños, después de beberse seis botellas de cerveza: “Ese día volvió la voz que me decía ‘mátalos’… era como algo interior que me llevaba a actuar dándoles pastillas para que se durmieran, quitarles la vida y luego quitármela yo”. Reconoció ante los médicos haber estado fuera de sí: “No sé qué me pasó, pero mentalmente no era yo, no recuerdo bien todo lo que pasó. Cuando estaba en el calabozo seguía con las voces, que se fueron quitando después de ingresar en el hospital. La sensación que he tenido es como si un ente interior me hubiese empujado a hacer lo que hice como si algo hubiese entrado en mí”.
En su informe, los médicos le definen como “abordable y colaborador”, afirmando que tiene “tendencia al llanto” cuando relata lo sucedido. Un texto que también recoge que consumió cannabis y cocaína entre los 15 y los 21 años, que su padre era alcohólico y que acudió por primera vez al médico de atención primaria en diciembre de 2013 por su estado de ánimo, aunque se negó a hacer cualquier tipo de tratamiento: “Me pusieron medicación pero no hizo mucho”.