Bilbao se blinda ante los locales de ocio nocturno

Bilbao

El Ayuntamiento cierra cualquier resquicio a la apertura de discotecas, pero también restringe las opciones a cafés teatro, salas de conciertos o pubs en la ciudad. La reacción ante la frustrada petición para abrir una macrodiscoteca en Deusto ha sido contundente. Primero, el equipo gobierno inició los trámites para impedir que las discotecas, o locales similares englobados en el Grupo III-B, se establezcan sobre suelo residencial. Lo hizo a través de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que los aleja a suelos calificados como Uso Global Productivo. De esta forma, según fuentes municipales, quedarían "disponibles" unos 90.000 metros cuadrados en Elorrieta, Kadagua, Bolueta y Larraskitu. Por cierto, antes ya se había optado por la vía urbanística para prohibir que se abran estos establecimientos bajo viviendas.

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En esa misma línea, ahora, da un paso más por la vía de la Ordenanza de Hostelería, que se somete a la octava revisión, después de la última, hace menos de un año. Se modifica el artículo 7.1 para recuperar el régimen de distancias y hacerlo "más restrictivo". Todos los locales del Grupo III, es decir, discotecas, pubs, cafés teatro y salas de conciertos, deberán respetar una distancia de 200 metros respecto a bares y cafeterías y, también, de equipamientos sanitarios, centros de enseñanza y residencias de mayores. En el caso de las discotecas de un aforo superior a las 700 personas, que se rigen por la normativa de la dirección de Juego y Espectáculo del Gobierno vasco, serán 100 metros más. El subdirector del área de Urbanismo, Agustín Arzua, ha explicado estos cambios a los grupos de la oposición durante una comisión. Tienen diez días laborables para enmendar el texto antes de que se eleve al pleno para su aprobación inicial.

Con todo, Bildu cree que es necesaria una revisión más profunda de una normativa que no soluciona los problemas que tiene el ocio nocturno, como es el caso de los 'afters' de Barrenkalle o las zonas saturadas donde la hostelería está expulsando al comercio, según ha apuntado Ana Etxarte.