Alonso ya tiene su ministerio

Bilbao

No creo que ningún periodista de Vitoria se soprendiera ayer al enterarse de que Alfonso Alonso ha acabado como ministro. La mayoria pensaría, como yo, que, por fin, lo ha logrado. Porque Alonso desde que era alcalde apuntaba a Madrid. Lo ambicionaba tanto que durante un tiempo compaginó la alcaldía con el Congreso...hasta que le obligaron a quedarse en Vitoria.

Imposible resumir aquí  sus ocho años de alcalde. De lo bueno, creo que superó el reto de suceder a Cuerda, el alcalde con mayúsculas. De lo malo, una anécdota, pero que simboliza años de ladrillo y desfases en la obra pública, el túnel de Armentia, un tunel excavado en pleno bosque que no lleva a ninguna parte. La carretera muere en un talud.

Alonso viene de buena familia, su abuelo fue presidente de la Diputación, pero él se crió en la estrechez económica. Estudió dos carreras: Derecho y Filología románica. Recuerdo a Rabanera señalárnoslo cuando era el portavoz del PP en la comisión de cultura y decirnos: miradle, llegará lejos.

Bueno. Ya es ministro. De Sanidad. Una mina para los fotógrafos. Porque fuma como un carretero.