Alfonso Alonso, el alcalde que no solo quería ser alcalde
El nuevo ministro de Sanidad gobernó en Vitoria durante ocho años y fue el primer alcalde del PP en una capital vasca
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Congreso de los Diputados. Sesion de control al Gobierno. Mariano Rajoy y Alfonso Alonso. Foto: Uly Mart’n. / ULY MARTIN (El País)
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Vitoria
La carrera política de Alfonso Alonso en Madrid comenzó uno de sus días más tristes: la noche de 2007 que perdió las elecciones a la alcaldía de Vitoria después de ocho años al frente del Ayuntamiento. La derrota adecuada en el momento adecuado. Después de un tiempo en el purgatorio de la oposición municipal dio el salto a Madrid y luego vino todo lo demás.
Alonso, el primer alcalde del PP en una capital vasca, decidió alejarse de los ‘tics’ más conservadores de su partido y, por ejemplo, tomó partido a favor del matrimonio gay frente a lo que defendía su partido.
A pesar de que la política municipal en Vitoria siempre ha sido tan bronca como el plató de Sálvame, Alonso consiguió aunar mayorías para uno de sus retos más complicados: construir los nuevos barrios de la ciudad –Salburua y Zabalgana- con un 70 por ciento de viviendas de protección oficial. Hasta entonces las pocas viviendas disponibles en Vitoria eran casi tan caras como en Madrid o Barcelona. Las viviendas protegidas fueron la salvación para miles de jóvenes. Fue su mayor logro.
Como todo alcalde que se precie también quiso pasar a la historia. Eligió un auditorio en uno de los parques más emblemáticos de Vitoria. Llamó al arquitecto Navarro Baldeweg, se gastó un dineral en proyectos -2,6 millones de euros- pero no consiguió los apoyos suficientes para sacarlo adelante.
El segundo intento por hacer una pirámide llegó con la nueva Plaza de Toros. Se barajaron, de nuevo, arquitectos de renombre pero finalmente se le encargó a FCC que levantara la plaza a cambio de permitirle construir pisos de lujo. Tampoco logró su objetivo. La afición taurina languidece, los problemas de construcción han obligado al Ayuntamiento a gastarse más de 700.000 euros de dinero público y los conciertos suenan con eco.
Alfonso Alonso tuvo al partido socialista como su principal aliado pero también como su enemigo más irreconciliable. No hace mucho, los socialistas enviaron al juez Ruz documentación de un contrato adjudicado a una de las empresas de la Gürtel.
Su mandato estuvo rodeado de polémicas. Se inició con el pelotazo urbanístico del centro comercial Boulevard –Alfonso Alonso no había preservado “el interés público de la ciudad” según el Tribunal Vasco de Cuentas– y finalizó con el polémico alquiler de locales al expresidente del Alavés, Gonzalo Antón, que está investigando el Tribunal de Cuentas del Estado.
En Vitoria, casi todo el mundo decía que Alonso sería algún día ministro. La pregunta ahora es si llegará todavía más lejos.
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Iker Armentia
Edito Hora 14 Vitoria y los informativos de la mañana de Hoy por Hoy Vitoria. Pendiente de la actualidad...