Yoko Ono: "No creo que haya otro museo que cree este tipo de sensaciones"

La artista japonesa Yoko Ono se ha mostrado "totalmente sorprendida" por el Museo Guggenheim de Bilbao, del que ha alabado tanto su arquitectura como su interior, y ha subrayado que le "encanta mucho más que el que tenemos en Nueva York".

Yoko Ono, ha admitido que había oído alabanzas de la pinacoteca bilbaína, pero creía que sería parte de la "promoción" por lo que ha conservado una "actitud crítica" hasta visitarlo. Sin embargo, una vez en Bilbao lamentó esa actitud, "me encanta este museo mucho más que el que tenemos en la ciudad de Nueva York. En el de Nueva York veo el ego del arquitecto, pero aquí no. Este desprende calor. Todo ha sido increíble. Todo parece diferente aquí. Tengo mucha suerte de tener mi obra aquí", ha asegurado. Ono ha continuado con sus elogios afirmando que ha visto su obra en muchos museos, pero que es "la primera vez" que ha sentido "mucho más". "Todas mis obras parecen diferentes. Me siento muy afortunada de estar aquí", ha precisado.

La exposición, una de las más esperadas de los últimos años en la pinacoteca, recopila 200 obras. Recorre seis décadas de su creatividad, va a permitir conocer, en palabras de Vidarte, "cómo esta artista ha expresado su creatividad en muy diversos campos, en las artes plásticas, el dibujo, la poesía, la música, el vídeo y los performances". "Half-A-Wind Show" incluye piezas que deleitarán a los mitómanos, como "Pintura de techo" (Ceiling Painting), en la que invita al observador a trepar mentalmente a una escalera situada en la sala y con la que conoció a John Lennon, quien, interesado por el positivismo que transmitía, solicitó que le presentaran a la artista. Poco después, está la pequeña obra que les unió: "Painting to hammer a nail" (Pintura para clavos y martillo). Es una pequeña madera donde el público clava clavos con los que se forma un dibujo, previo pago -entonces- de cinco chelines. Lennon quiso clavar un clavo, pero no tenía cinco chelines, así que Ono le dijo que no podía hacerlo. "Clavaré un clavo imaginario" le respondió el cantante, lo que hizo pensar a la artista que estaban en la misma onda. Pensar y hacer pensar es uno de los objetivos de Ono: "Para hacer algo, primero te lo tienes que imaginar, así que todo arranca de un concepto, y las obras acaban siendo conceptuales. Casi siempre le pido a la gente que participe y eso varía el concepto". En Bilbao hay varias obras en las que el público puede participar, como el laberinto en el que al final del recorrido hay un teléfono: solo Ono conoce el número, y ella llama de vez en cuando para hablar con la persona que esté dentro en ese momento.