Picassent: Un barrio arrasado y unos vecinos que se sienten olvidados tras la DANA

València

La Cadena SER en la Comunitat Valenciana reafirma su compromiso con las áreas impactadas por la DANA mediante un innovador proyecto que será clave en 2025: el podcast 'Valencia 2025: renacer tras la DANA'. Esta iniciativa tiene como objetivo seguir durante un año el día a día de las comunidades más afectadas, destacando su empeño en reconstruir y superar las consecuencias de este desastre.

Capítulo 9: Picassent (vídeo)

Posiblemente, el municipio de Picassent no haya sido el que más focos haya acaparado, porque su casco urbano no resultó dañado. Sin embargo, las familias que viven en el barrio de la Font de l'Omet no olvidarán el 29 de octubre y cómo el barranco desbordado inundó sus casas de agua y de cañas, destruyó parte de sus calles y se llevó por delante uno de los puentes que utilizaban a diario.

Mapa de todos los capítulos

Algunos de ellos no han podido todavía volver a sus casas, y lo peor es que algunos de ellos no podrán hacerlo. Es el caso de Noelia Delas y Aarón Algarra, que protagonizan el capítulo 09 de València 2025: Renacer tras la DANA.

Una escena de "Walking Dead"

Aaron y Noelia vivían desde hacía más de tres años en una casa ubicada en este barrio de la Font de l'Omet, junto al barranco de Picassent. Es la casa familiar de Aarón y sus abuelos se la había cedido para que viviera allí junto a su pareja. Sin embargo, ahora Noelia la define como "cualquier escena de la serie The Walking Dead". "Está todo hecho polvo, no queda casa, no queda prácticamente nada", lamenta.

El agua del barranco empezó anegando el sótano, y de ahí subió a la casa hasta destruirlo todo. "En el sótano todavía hay lodo, trastos, no hemos podido ni acceder, tememos por lo que pueda pasar si entramos. No es una zona segura".

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Los técnicos han confirmado que la estructura está gravemente dañada. De hecho, esta pareja ya da por perdida la casa porque antes de saber si podría ser reconstruida debería construirse un muro de contención en el barranco, y los plazos se alargarán años. "Los técnicos coincidían en el peligro de poder acceder a la vivienda, de hecho, uno de ellos incluso se planteó no hacer la inspección inicial. Cuando vieron los daños coincidieron en declarar la casa como inhabitable indefinido".

"Mis abuelos no han visto como ha quedado. Prefiero no traerlos, es algo que tenemos muy claro, que por la salud de ellos no queremos que vean el destrozo que hay aquí". De momento viven en una de las casas que la Sareb tiene en Picassent. "Estamos muy agradecidos con los servicios sociales de Picassent, que se han volcado con nosotros desde el primer momento". Sin embargo, están muy preocupados por lo que pasará con ellos dentro de un año, cuando tendrán que dejar esa casa.

El fin del mundo y la llamada de despedida

A la angustia por lo que pasará con ellos dentro de un año se suma también el choque emocional que todavía sufren por lo vivido el 29 de octubre. Aarón estaba en la casa cuando todo pasó. Tuvo que salir corriendo con uno de sus dos gatos para ponerse a salvo. Buscó refugio en una gasolinera de Picassent donde no daban crédito a lo que relataba porque allí ni había llovido y no había habido ninguna inundación.

"Allí no se habían enterado de que hubiera pasado nada y sentí que me miraban como si estuviera loco porque llegué muy asustado, temblando de frío, completamente mojado y con el gato en brazos". Cuenta que "todo fue como una película. "Llegué a pensar que era el fin del mundo; el cielo estaba negro, con los rayos se veía verde, el horizonte negro, sin luz y con el ruido del agua".

Mientras Aarón corría a ponerse a salvo, Noelia se quedaba atrapada en la carretera donde pasó más de 20 horas. Trabaja en el polígono de Riba-roja y salió 15 minutos más tarde que dos de sus compañeros para cargar el móvil. Estuvo tres horas para salir del polígono, se quedó sin batería y estuvo en la carretera atrapada hasta más allá de las 12 del mediodía del 30 de octubre. "Durante algunas horas no supimos nada el uno del otro". Gracias a el conductor de otro vehículo pudo finalmente comunicarse con su pareja. "Lo pasamos fatal, estuvimos a la intemperie, bajo la lluvia y hubo un momento en que la carretera se inundó por los dos lados y los coches empezaron a pasar por la mediana. En ese momento dices: ¿Qué hago? ¿Me cojo a una señal por si la corriente me lleva o llamo a mi madre y le digo que le quiero un montón y que gracias por todo?". Fueron momentos de pánico en los que temió por su vida. Afortunadamente, pudieron subir a un autobús donde pasaron la noche y el resto de las horas hasta que regresaron andando.

A pesar de todo lo que cuentan y su situación, dicen que quieren ser positivos: "Al menos estamos vivos los cuatro", en referencia a ellos mismos y sus dos gatos.

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