La València olvidada: “Palacio de Ayora”
César Guardeño nos lleva al palacio de Ayora para conocer el origen de su nombre
La València Olvidada: el palacio de Ayora
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València
Hoy nos acercamos al barrio de Ayora, unos de los cinco barrios que conforman el distrito de Camins al Grau, para conocer el origen del nombre de este barrio.
Indagamos sobre el nombre de este barrio desde dentro del jardín de Ayora, bajo la atenta mirada del dios Mercurio y a los pies de la escalera de acceso de un edificio con historia y el bien patrimonial más importante y reconocido de este barrio: el palacete o palauet de Ayora, que desde el año 2017 es uno de los centros de la Universitat Popular de València y un espacio sociocultural y de encuentro para los vecinos y las vecinas de este barrio.
Tenemos que aclarar que el nombre de este barrio no guarda vinculación alguna con el municipio valenciano de Ayora (Aiora), situado en la comarca del Valle de Ayora, y que es conocido por su fiesta de El Primer Corte de la Miel.
Hablar del barrio de Ayora es hablar de los Ayora Olcina, y más concretamente de José y de Dolores. Y es que el jardín y el palacete de Ayora están vinculados directamente a quien fue su promotor y primer propietario, José Ayora Olcina, y a su hermana y heredera, Dolores Ayora Olcina, desde que en el año 1899 le encargara al maestro de obras Peregrín Mustieles Cano un chalet con su huerto-jardín en un terreno de su propiedad que estaba situado junto al camí d’Algirós y frente a la alquería de la Palmera y a espaldas de la fábrica de carbón de los Sres. Pérez, ambas ya desaparecidas.
¿Quiénes eran exactamente los Ayora?
Tenemos que remontarnos a José Ayora Millán, patriarca de la familia vinculada a este palacete, y que nació en 1835 en Villarluengo, un pequeño pueblo situado en el Maestrazgo de la provincia de Teruel.
José Ayora padre emigró a València a mediados del siglo XIX, donde conoció y se casó con Ana María Olcina García, natural de València. Tuvieron cuatro hijos: Julián, Luisa, José y Dolores, siendo estos dos últimos los que habitaron en este palacete de Ayora.
Su oficio era el de fontanero y su comercio quedó establecido en el barrio del Mercat.
Se dedicaba principalmente a fundir, soldar y tornear el metal, cosa que le permitió ofrecer una amplia gama de artículo de hojalata como linternas para usar con velas o con lámparas de aceite, o lámparas de iluminación, de las que en la época funcionaban con aceite de ballena, muy populares en el siglo XIX. Podríamos decir que se convirtió en un próspero llanterner, que amasó un considerable fortuna, y un hombre de negocios que consiguió buenos contactos.
Entre estos contactos estaba un familiar que se fue a vivir a Liverpool y que encontró trabajo en el puerto. Además, se dio la circunstancia de que en ese momento el precio del aceite de ballena se puso por la nubes y empezaba a llegar a los puertos de Inglaterra el petróleo americano que se estaba extrayendo de Pennsylvania. José Ayora Millán vio una oportunidad de negocio y cambio el combustible de sus lámparas por el queroseno.
Este nuevo modelo de negocio lo convirtió en un auténtico emprendedor y lo llevó a adquirir el estatus de agente importador de hidrocarburos, pasando a ser uno de los pioneros en la apertura de este nuevo mercado en el puerto de València. Su red de contactos se amplió todavía más, debido al interés que despertó entre la clase empresarial y financiera de València, llegando a fundar varias refinerías de petróleo, empresas y sociedades.
Para que los oyentes se hagan una idea de la importancia de la familia Ayora, en 1883, José Ayora Millán aparecía en prensa como titular de las dos primeras instalaciones de líneas telefónicas en la ciudad de València.
José y Dolores, promotores y propietarios de este palacete
José Ayora Millán, el patriarca, falleció el 19 de agosto de 1890. Y a partir de ese momento, fue su primogénito, José Ayora Olcina, quien se hizo cargo de los negocios familiares que inició su padre.
Cuando se puso al frente de estas empresas, José Ayora hijo tenía veintidós años y desde bien pequeño había estado trabajando junto a su padre y demostrando buenas dotes y una muy buena visión comercial.
No tardó en ampliar los negocios y construir nuevos almacenes en el Camí d’Algirós y muy cerca de los muelles de la antigua estación del Cabanyal, situada en la actual avenida de la Serrería.
En 1899 es cuando encarga levantar el palacete en el que estamos, en una zona en la que habían proliferado las fábricas y los almacenes, debido a la proximidad de la línea de ferrocarril de comunicaba València con Tarragona, y del propio puerto.
Finalizado el palacete en 1900, este chalet pasó a ser el domicilio habitual de José Ayora y de su hermana pequeña, Dolores, que tenía doce años menos que él. Ambos estaban solteros.
José Ayora Olcina falleció en su domicilio de los Campos Elíseos de París a los 59 años, víctima de la tuberculosis, y fue enterrado en el cementerio Père-Lachaise de capital francesa.
Su hermana pequeña, Dolores Ayora Olcina, heredó el chalet y el jardín cuando tenía solo 23 años, manteniendo intacta la sala de billar del palacete y la butaca en la que se sentaba su hermano.
Dolores era una mujer con una muy buena formación académica, musical y artística. Una mujer instruida e independiente, que era conocida como “la señorita” y también por tener un carácter arisco, según testimonios.
En lo referente a los negocios familiares, iniciados por su padre y continuados por su hermano mayor, José, Dolores decidió deshacerse y vender todas las empresas relacionadas con los hidrocarburos.
Dolores falleció el 1 de enero de 1962, a los 83 años, en el palacete de Ayora, siendo enterrada en el Cementerio General de València. Tras su muerte, el palacete pasó a manos del Cottolengo del Padre Alegre, tal y como dejó escrito en su testamento Dolores. Y esta institución lo vendió a la familia Bañó Rubio en 1971 por 3.850.000 pesetas, quienes quisieron derribarlo para construir Viviendas de Protección Oficial.
Manuel Otero, un conocido empresario de la noche valenciana, se interesó por el palacete y firmó un contrato de alquiler por cinco años, ampliable a diez, para abrir una discoteca, que se llamó Le Paradis, que estuvo abierta desde el año 1973 y 1976.
Finalmente, y por suerte para los vecinos del barrio, el jardín y el palacete de Ayora pasaron a manos del Ayuntamiento de València el 31 de marzo de 1977, tras su expropiación.
Desde esa fecha y hasta la actualidad el edificio ha tenido numerosos usos. Fue retén de la Policía Municipal; en 1980 fue una escoleta del patronato municipal; en 1991 la Escuela Infantil Jardín de Ayora, dentro de la Xarxa Municipal d’Escoles Infantils; en 1993 pasó a manos privadas tras la privatización de les escoletes; y tras años cerrado y abandonado pasó a ser en 2017, tal y como hemos comentado uno de los centros de la Universitat Popular de València.
Texto: César Guardeño
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Quique Lencina
Filólogo de formación y locutor de profesión, actualmente forma parte del equipo digital de Radio Valencia...