Camino de Picassent, trast 9. Barrio de San Jorge. Valencia
Entre el camino Real de Madrid y el viejo de Picassent, como un apéndice peninsular de la ciudad de València y rodeado por los términos de Paiporta, Alfafar y Sedaví, se encuentra el olvidado barrio de San Jorge, el antiguo trast 9 del camino de Picassent
'Callejeando', con Luis Fernández (02/12/2024)
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València
A partir del siglo XVIII, para poder localizar con facilidad todas las casas y habitantes de València y su huerta, se implantaron diversos sistemas de división territorial de la ciudad. Primero se hizo en cuarteles -Mercado, Serranos, San Vicente y Mar- y posteriormente, en distritos y barrios. Entre todas estas divisiones, la más singular era la del barrio 9.º del distrito de San Vicente, que abarcaba una extensa zona del sur de la capital, desde La Roqueta hasta los términos de Paiporta, Picanya, Sedaví y Alfafar, delimitada por el camino Real de Madrid al este y el viejo de Torrent al oeste.
La excepcionalidad de dicho barrio radicaba en que la demarcación donde cada uno de los lugartenientes de alcalde ejercía su jurisdicción recibía la antigua denominación de 'trast'. De hecho, a mediados del siglo XIX había 10 'trasts' en el camino de Picassent, 8 en el camino Real de Madrid y 8 en el camino viejo de Torrent. Así, por ejemplo, el 'trast' 1 del camino de Picasent, que nacía en La Roqueta, comprendía parte del actual barrio de Arrancapins, y las casas y alquerías diseminadas se iban numerando a partir de la referencia al 'trast' y al camino: trast 1, casa 1, camino de Picasent.
Precisamente, el camí de Picasent o Camí Vell de Picasent es una de las arterias históricas de la València que unía la capital con los poblados de l’Horta Sud. Como hemos dicho, inicialmente, su trazado partía desde San Vicente de la Roqueta, y, siguiendo aproximadamente la actual calle Albacete, cruzaba el camino de Tránsitos junto a la desaparecida fábrica de tintas de César Giorgeta. Aquí bordeaba la estación de Villanueva de Castellón, atravesaba la playa de vías y, continuando por la actual calle del poeta Maragall, entroncaba con el camino del Cementerio. En este punto, junto al actual parque de la Rambleta, todavía podemos intuir parte del antiguo trazado, que desde aquí seguía dirección sur -tramo ahora seccionado por el cauce nuevo del Turia- y discurría en paralelo a la acequia de Favara, hasta la cruz de término que marca el límite municipal en la alquería de Alba. A partir de aquí, el camino viejo de Picasent y la acequia de Favara en paralelo continúan haciendo de linde entre Paiporta, al oeste, y València al este, en el conocido como barrio de Faitanar, que realmente es una partida eminentemente agrícola salpicada de casas, alquerías y alguna que otra barraca de las pocas que siguen en pie.
En esta zona, en los confines del término municipal de València, ya lindando con el cementerio de Alfafar, se encuentra el olvidado barrio de San Jorge, una pequeña extensión de huerta regada por las lenguas de San Jorge, que son las que le dan nombre. Estas llengües de Sant Jordi son unos partidores de origen medieval islámico que nacen de la acequia madre de Favara y que hoy en día siguen surtiendo de agua a los campos y alquerías que aún sobreviven en este pequeño e ignoto vergel, como la casa Anguila o la Alquería de Romeu.
Pero como de lo que no se habla no existe, hay que insistir con esta porción legítima de tierra perteneciente a la ciudad de València que, como tantas otras de la periferia, ha sido sistemáticamente maltratada por las autoridades. Un barrio que sufrió como nadie la escisión física y mental del Plan Sur, la proliferación de poblados chabolistas durante los años 90 y la desidia más absoluta en la capital de los grandes eventos. Un espacio que, por enésima vez, ha vuelto a ser abandonado a su suerte tras la DANA, invisible a la riada de solidaridad y, lo que es peor, invisible para unos dirigentes que seguramente no sabrán ni de qué estamos hablando.
Solo un ruego, cuando todo esté limpio y sobre la huerta ya no haya chatarra, coches ni caravanas destrozadas, cojan un plano, busquen el barrio de San Jorge en los confines meridionales de la ciudad, Camino de Picasent, trast 9 en nomenclatura histórica, tal y como reza el viejo azulejo sobre la fachada de la alquería de Romeu, y empiecen por aquí la reconstrucción de la huerta periurbana de València, de sus caminos, su red de riego, sus alquerías y su dignidad.
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