El turismo, el nuevo milagro de los panes y los peces

Alicante

Vamos como un tiro gracias al turismo. A vista de pájaro, la industria de la felicidad, que diría el presidente Mazón, puede provocar esa impresión. Este sector es a la vez nuestro principal motor económico y uno de los causantes de que seamos una de las provincias con sueldos más bajos -según INECA- y con menores oportunidades de renta -según el IVIE y la Fundación Ramón Areces-.

A pie de calle nos encontramos con que Alicante arrastra una de las mayores tasas de pobreza relativa y extrema. Con economías diversificadas y más equilibradas, en València y Castellón mejora la renta media de sus habitantes, mientras en Alicante caemos hasta la antepenúltima posición. Somos la quinta provincia por la cola en desigualdad. Y Alicante es la última en el grupo de ciudades de entre 500.000 y 300.000 habitantes en oportunidades de renta y en desigualdad.

No es que no progresemos, es que los demás parten de una posición más ventajosa y aceleran mucho más. Somos la cigarra entre las hormigas porque sigue brillando el sol y llegan turistas. Como dijo el catedrático Javier Garcia, "nuestro trabajo los puede hacer cualquiera". No solo se trata de crear muchos empleos, lo importante es generar empleos de calidad.

Todo esto lo sabemos desde hace décadas, aunque para qué empañar el nuevo milagro de los panes y los peces.

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