Fermín Espinós: "En Alicante el tráfico es más fluido que en otras ciudades de sus características"

Alicante

Junto con Vicente Linares y Carmen Donat, era una de las voces que todos los días laborables al filo de las 12:20 y de las 14:17 les contaba las principales incidencias del tráfico en la capital alicantina. Tras 40 años de servicio en la Concejalía de Tráfico, Fermín Espinós se acaba de jubilar. Y como dicen sus compañeros, se ha va un buen compañero, un buen jefe y un buen funcionario. Todo ello ha quedado claro en la conversación que hemos tenido en Hoy por Hoy Alicante.

Llegó al Ayuntamiento de Alicante en 1980 para formar parte de la brigada de semáforos, germen de lo que posteriormente se convirtió en un centro de control de tráfico con cientos de semáforos, de cámaras y de sensores. Con todos estos sistemas, gracias a las nuevas tecnologías y bajo la supervisión de unos funcionarios que lo han adaptado a las particularidades de nuestra ciudad, han conseguido que la circulación en Alicante sea mucho más fluida que en otras urbes de sus mismas características. Algo que afirma con absoluta convicción y sin falsa modestia.

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Además, también nos ha hablado de la idea con la que se fue desarrollando este sistema de control de tráfico que inicialmente contaba con tan solo seis semáforos; de cómo la tecnología actual lleva a cabo cambios en la circulación en lo que dura un ciclo semafórico (es decir, desde que se apaga el verde hasta que se vuelve a encender). Una versatilidad que permite hacer frente al tráfico en horas punta o a los desvíos que se llevan a cabo en los días de Hogueras, a algún accidente o la visita de varios jefes de Estado de la Unión Europea a Alicante.

Pero, también, como curiosidades, nos ha explicado por qué es tan complicado circular por la ciudad los días de lluvia o cómo se gestiona el tráfico en verano con miles de vehículos turísticos en nuestra ciudad.

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Por otra parte, ha reconocido que el peor día en el control de tráfico fue aquel en el que se cayó el sistema informático y se quedaron completamente a oscuras. Algo nada agradable sobre todo teniendo en cuenta que cuando hablamos de circulación ya no nos referimos a que un automóvil vaya de un punto A a un punto B lo más rápidamente posible. Ahora, hay muchos más actores que comparten el mismo espacio, desde los autobuses urbanos hasta el tranvía pasando por las bicicletas, los patinetes y por supuesto, los peatones. Y es que los tiempos cambian y ahora todo debe ser sostenible.

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En definitiva, Fermín Espinós nos ha dejado claro que su oficio, ser controlador de tráfico era su pasión y que conseguir que todo fluya es un arte al que hay que dedicarle mucho trabajo. Y para ello, siempre, siempre hay que pensar en el ciudadano.

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