Pisos turísticos: ¿cómo afectan a la convivencia y al mercado de la vivienda?
El crecimiento de los alquileres a corto plazo provoca tensiones en los edificios residenciales y eleva los precios de la vivienda, mientras las comunidades buscan regular su impacto
València
El fenómeno de los pisos turísticos se ha convertido en un tema candente en muchas ciudades, afectando tanto al sector inmobiliario como a la vida diaria de los vecinos. Christian Barbieux, experto en valoración de inmuebles, explica cómo esta tendencia está cambiando las reglas del juego en el mercado de la vivienda y plantea retos importantes para la convivencia en las comunidades.
¿Qué problemas generan los pisos turísticos?
Los pisos turísticos, que se alquilan a corto plazo a turistas, han crecido rápidamente en popularidad. Sin embargo, esta tendencia tiene varias consecuencias. Por un lado, estos alquileres a corto plazo suelen interrumpir la tranquilidad de los edificios residenciales. Los residentes se quejan del ruido, del ir y venir constante de inquilinos y de la falta de estabilidad en sus comunidades.
Por otro lado, muchos propietarios prefieren ofrecer sus viviendas como pisos turísticos en lugar de alquilarlas a largo plazo. Esto reduce la oferta de viviendas disponibles para alquiler tradicional, lo que aumenta los precios y empuja a los residentes permanentes fuera de los centros urbanos. En resumen, mientras los turistas ocupan el centro de las ciudades, los habitantes locales se ven obligados a buscar hogar en zonas más alejadas.
Los derechos de propiedad y sus límites
Es común escuchar a los propietarios de pisos turísticos argumentar que tienen derecho a usar sus propiedades como mejor les parezca. Sin embargo, Christian Barbieux aclara que, aunque la propiedad privada es un derecho, no es absoluto. Según la Constitución Española, la propiedad debe cumplir una función social, lo que significa que su uso puede estar sujeto a ciertas restricciones para proteger el bienestar común.
De hecho, la Ley de Propiedad Horizontal permite a las comunidades de vecinos tomar medidas si consideran que los pisos turísticos afectan negativamente a la convivencia. Con el apoyo de tres quintas partes de los propietarios, una comunidad puede acordar limitar o incluso prohibir esta actividad en su edificio. También pueden decidir aumentar las cuotas de gastos comunes para los propietarios de estos pisos, hasta un 20%, para cubrir los costos adicionales que su uso turístico pueda generar.
¿Qué pueden hacer las comunidades de vecinos?
Christian Barbieux detalla dos opciones clave que tienen las comunidades de vecinos para manejar la presencia de pisos turísticos en sus edificios:
- Prohibir o Regular la Actividad: Si la mayoría de los propietarios está de acuerdo, pueden decidir limitar o prohibir los pisos turísticos en su edificio. Esta decisión se debe registrar formalmente para que sea válida y se aplique a todos los propietarios.
- Incrementar las Cuotas de Gastos Comunes: Otra opción es no prohibir los pisos turísticos, pero exigir que los propietarios de estos asuman un mayor costo en las cuotas de mantenimiento del edificio, hasta un 20% más, para compensar el impacto que generan.
En conclusión, el auge de los pisos turísticos plantea desafíos importantes tanto para el mercado de la vivienda como para la convivencia en los edificios. Gracias a la experiencia de Christian Barbieux en la valoración de inmuebles, podemos entender mejor cómo estos alquileres de corta duración están afectando a la dinámica de nuestras ciudades. Las herramientas legales disponibles permiten a las comunidades de vecinos proteger su calidad de vida, equilibrando los derechos de los propietarios con el bienestar común.
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