Monóvar se vuelca con el homenaje de Javi Corbí a su perrita Nana tras su fallecimiento

Elda

Son las seis de la mañana y Javi se prepara para hacer su camino rutinario por la sierra de la Zafra. Antes de salir de casa coge su piedra pintada y sale en dirección a la sierra. Cuando llega a la señal que indica que empieza el sendero de la montaña, Javi deposita la piedra en esta (la señal), ahora sí que puede seguir con su camino. Algo que hace por la tradición que inició Nana (su perrita fallecida el año pasado).

En 2015 Nana llegó a la vida de Javi y se convirtió en su compañera de viajes, lo que él no sabía es que con ella iba a iniciar una tradición que a día de hoy está llegando a los corazones de todos los que escuchan su historia.

Piedras "más grandes que ella"

La ruta que hace Javi es la que hacía anteriormente con Nana, esta cogía una piedra y no la soltaba hasta que llegaba a casa, “piedras que incluso eran mucho más grandes que ella”, así nos lo ha contado el monovero. Pero, todo esto cambia cuando Nana se queda paralítica y la perra salchicha no puede acompañar a Javi en su paseo rutinario. Después de un mes, el joven decide salir a hacer su ruta, pero esta vez la piedra no la lleva Nana, si no que la lleva él, algo que decidió hacer desde el día que salió solo y que sigue haciendo hasta el día de hoy.

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Ahora las piedras que Javi deja cada mañana son piedras pintadas por él mismo, algo que hace para “que el lugar se vea más bonito”. Con más de 70 piedras pintadas en el lugar, el monovero ha emocionado a todo aquél que conoce su historia, haciendo que gente le haya traído piedras de Ibiza, Patagonia, Río Lima e incluso de Sri Lanka.

No sabemos hasta qué día Javi seguirá subiendo sus piedras a la Zafra, pero lo que sí que sabemos es que gracias a una iniciativa realizada para recordar a Nana, mucha gente se está sumando a su proyecto.

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