La ciudad fallida en la plaza de Baden Powell
La plaza dedicada en València a Baden Powell, fundador del movimiento scout, es un claro ejemplo de mala praxis urbanística
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València
Urbanísticamente hablando, València es una ciudad fallida. No hace falta ser experto en la materia para observar la mala planificación de la capital, siempre sometida al arbitrio de constructores y promotores, en cualquiera de nuestros barrios.
Uno de los muchos ejemplos paradigmáticos lo podemos encontrar en la plaza -por decir algo- de Baden Powell, en el barrio de Campanar. Este espacio urbano, situado en el triángulo que forman las avenidas de Campanar y Pío XII con el río, fue urbanizado en un principio bajo el Plan General de 1946, que contemplaba una serie de manzanas cerradas y achaflanadas tipo ensanche. Fruto de este plan es el edificio que, medio desahuciado, todavía preside la zona como si fuese un barco encallado en la orilla, y que, al poco de levantarse, ya se encontraba fuera de ordenación.
Con el cambio de plan urbanístico en 1966, esta zona fue reorganizada con una serie de bloques de edificación abierta alineadas o escalonadas con las avenidas, que dejaban el espacio interior reservado para dotación educativa. Pero la realidad, que siempre se impone sobre lo proyectado en nuestra ciudad, es que actualmente aquella zona es un galimatías de alineaciones, donde conviven edificaciones de diversos planes mal solapados, que finalmente han generado una serie de solares y parcelas muertas que llevaban degradando el barrio décadas.
Plaza de Baden Powell, en València. / Cadena SER
Plaza de Baden Powell, en València. / Cadena SER
A principios de los ochenta, en la plaza interior se levantó a duras penas el colegio Vilavella, dejando a su alrededor un espacio sin urbanizar al que alguien se le ocurrió denominar plaza y, sobre plano, que lo soporta todo, darle un nombre. En 1985, declarado año internacional de la juventud, el Ayuntamiento, a petición de la Asociación Valenciana de Escultismo -los scouts valencianos-, aprobó denominar la plaza con el nombre de Baden Powell, en recuerdo y homenaje al fundador del Movimiento Escultista Internacional.
La palabra escultismo procede del inglés – 'to scout', explorar, con influencias del valenciano escoltar- y hace referencia a un movimiento de juventud que pretende la educación integral del individuo por medio de actividades en grupo y en contacto con la naturaleza.
Este movimiento fue fundado por el militar y escritor inglés Robert Baden-Powell en los primeros años del siglo XX durante las campañas bélicas británicas en Sudáfrica. En aquel escenario, Powell se dio cuenta de que los jóvenes bien organizados e instruidos eran capaces de responsabilizarse de múltiples tareas auxiliares. Tras su experiencia con los cadetes en África, plasmó sus ideas en varias publicaciones, entre ellas 'Escultismo para muchachos', obra que inspiró la formación de asociaciones de jóvenes por todo el mundo y el inicio del movimiento scout.
