El General Torrijos en la plaza de la Merced
En el aniversario del fusilamiento del general Torrijos, recordamos su figura y la plaza de València que llevó su nombre, la actual de la Merced

'Callejeando': El General Torrijos en la plaza de la Merced (11/12/2023)
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València
Tal día como hoy, un 11 de diciembre de 1831, fue fusilado en Málaga, a manos de los absolutistas, el general liberal José María Torrijos, convirtiéndose desde ese momento en uno de los mayores símbolos de la lucha contra el despotismo y la tiranía, y en defensa de la Constitución en España.
José María Torrijos y Uriarte nació en Madrid en 1791, en el seno de una familia noble y de clara vocación militar. Con 17 años ya estaba combatiendo en la Guerra de la Independencia española, participando en la campaña de defensa de València en septiembre de 1808, y, con 19, fue condecorado con la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando.
Convencido liberal constitucionalista, Torrijos dirigió diversas conspiraciones para derrocar a Fernando VII, por lo que fue constantemente encarcelado y perseguido por los absolutistas. Se exilió a Londres, donde estableció contacto con el resto de exiliados liberales, fue miembro de diversas sociedades secretas como Los unidos contra el trono y el clero, y organizó la enésima intentona de acabar con el absolutismo en España. Este último intento de pronunciamiento de Torrijos tuvo lugar en Málaga en diciembre de 1831, donde desembarcó procedente de Gibraltar junto a sesenta hombres, pero fueron víctimas de una trampa y acabaron detenidos y fusilados por los leales a Fernando VII.
Torrijos fue un liberal utópico, aunque, según reconocen los expertos, su esfuerzo heroico contribuyó al debilitamiento del régimen y facilitó el camino de la revolución liberal en España. Por su sacrificio, fue recordado durante el siglo XIX como un héroe y fue elevado a los altares de la nación.
Espronceda le dedicó un soneto titulado 'A la muerte de Torrijos' y sus compañeros y el pintor valenciano Antonio Gisbert -que tiene una calle dedicada en Russafa- pintó en 1888 su famoso cuadro Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga. Se erigieron monumentos en su honor y se rotularon cientos de calles y plazas en su nombre por todo el país durante los periodos de gobierno liberal y progresista. En València, tras el triunfo de la revolución de 1840 y durante la Regencia de Espartero, se cambió el nombre de 34 calles y plazas de la ciudad relacionadas con órdenes religiosas, cuyo prestigio había decaído entre el pueblo por su apoyo a los carlistas y que en gran parte ya habían sufrido los motines y las exclaustraciones.
De esta manera, topónimos como Pilar, Merced, Carmen, Encarnación, San Agustín, San Francisco o Santo Domingo fueron sustituidos por nombres de lugares, instituciones, personajes, ideales y hechos patrióticos relacionados con la revolución liberal y la reciente guerra carlista. Así, la plaza de la Merced pasó a llamarse plaza de Torrijos, denominación que apenas duró tres años, hasta el fin de la Regencia de Espartero y la declaración de la mayoría de edad de Isabel II, momento en el cual los moderados llegaron al poder y restituyeron el nomenclátor anterior a 1840.
La plaza de la Merced, que desde antiguo era conocida como plaça dels Alls, recuperó su viejo nombre, que hacía referencia al convento de Mercedarios, cuya fachada principal recaía a esta plaza, y que fue desamortizado y derruido en 1835. El general Torrijos ya no volvió nunca más al nomenclátor de la ciudad, pero las guías urbanas de la época y un plano geométrico de la plaza delineado en 1840 todavía nos recuerdan que la plaza de la Merced fue también un altar del liberalismo decimonónico español.