Isabel Barceló: “Lucrecia Borgia soporta una leyenda negra exagerada”

Alicante

Sí, es cierto, Lucrecia Borgia perteneció a la familia de los Borgia; fue nieta e hija de papa -su padre, Rodrigo, se coronó como Alejandro VI-; vivió en Italia durante el Renacimiento, una época de gran brillantez, pero de gran violencia.

Todo ello le granjeó a esta mujer, que tuvo una corta vida, que se casó en tres ocasiones y que tuvo ocho hijos, un malditismo que se mantenido durante cinco siglos.

Ahora, con Lucrecia Borgia (1480-1519) Bajo una nueva luz (Ed. Sargantana), Isabel Barceló (Sax, Alicante, 1950) trata de mostrar el verdadero rostro de una dama renacentista que tuvo sus luces y sus sombras, pero que no fue la mujer despiadada, libertina o incestuosa que envenenaba a sus amantes o saltaba de alcoba en alcoba. Por el contrario, tenía una personalidad compleja, en consonancia con la época que le tocó vivir, pero también humana, reconocida y admirada.

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A juicio de la autora, estamos ante la valenciana más universal de su tiempo y ante una de las mujeres que peor ha sido tratada por la historia y, sin duda, la peor durante su época.

Para escribir este libro, Isabel ha tenido acceso a más de 700 cartas escritas por ella misma. Con ellas ha podido "escuchar su propia voz", subraya Barceló. El texto se complementa con medio centenar de imágenes de la época y con distintos retratos. Todo para mostrar su verdadera personalidad y para explorar el origen de esa imagen tan negativa que se quiso transmitir de Lucrecia. Algo que tenía que ver, cuenta, con las rivalidades que los Borgia tenían contras familias poderosas de la época.

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El libro se presenta el viernes, 27 de octubre en la Sala Miguel Hernández de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante. A la cita, además de la escritora nacida en Sax, acudirán como presentadores Margarita Gallart Pérez-Albaladejo y Emilio Soler.

Sinopsis

«Ninguna mujer de la Edad Moderna ha sido tan maltratada por la historia como Lucrecia Borgia, hija del papa valenciano Alejandro VI. El retrato que ha calado en el imaginario popular es el de una libertina, incestuosa y madre desalmada que envenenaba a sus amantes una vez satisfecha su pasión.

Esta imagen tan infamante y alejada de la realidad histórica se debe en gran parte al escritor francés Victor Hugo y su drama romántico Lucrecia Borgia, que inspiró la ópera del mismo título de Donizzeti. El impacto de ambas obras sobre el público fue enorme y penetró de tal manera que el nombre de Lucrecia Borgia sigue siendo sinónimo de depravación.

La vida de Lucrecia está llena de luces y sombras, de enigmas indescifrables, pues la suya fue una personalidad compleja, como complejo fue el tiempo y el espacio en los que le tocó vivir. Y, sin embargo, a distancia de 500 años de su muerte, todavía es posible «oír su voz», oír las voces de sus coetáneos y aproximarnos a su vida con respeto y con voluntad de comprender.

Y lo que se vislumbra no es, en absoluto, el estereotipo de cartón-piedra forjado por la leyenda negra, sino una mujer solar, sorprendente y humana».