La menor que acusó a su padre de abusos sexuales se retracta en el juicio y niega los hechos por los que piden 15 años de cárcel
La presunta víctima declara que "solo quería llamar la atención de sus padres" y asegura que no está recibiendo presiones de sus familiares
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Los padres de la presunta víctima durante el juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón.
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Castelló
La menor de Betxí que acusó a su padre de haberla violado de los 4 hasta los 8 años se ha retractado este jueves en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Castellón y ha negado los hechos, ocurridos entre los años 2009 y 2013, por los que la Fiscalía pide 15 años para el progenitor y 8 para la madre de esta joven de 17 años como cómplice de lo sucedido: "Era todo mentira. Solo quería llamar la atención de mis padres".
"Este asunto se me ha ido de las manos", afirma la presunta víctima a preguntas del Fiscal del caso, que ha insistido en que la menor había enviado escritos al Ministerio Fiscal informando de que estaba recibiendo ciertas presiones.
Ambos progenitores han negado rotundamente los hechos en su declaración y afirman "no entender" la motivación que llevó a su hija a acusar a su padre de tales actos en abril de 2022.
Cabe destacar que la menor denunció por agresión sexual a uno de sus hermanos, ya mayor de edad, aunque esta causa se archivó. En su declaración, el hermano mayor de la joven defiende la inocencia de sus padres. "Mi hermana a veces contaba cosas que iba a sitios donde le susurraban cosas al oído y algunos se desmayaban”, narra el testigo.
Fue una monja la que denunció los hechos
El procedimiento arrancó con una denuncia interpuesta en abril de 2022 por una religiosa consagrada en un centro de la comunidad autónoma de Cantabria, donde ingresó la menor por voluntad propia y de su familia, así como por recomendación de un párroco cercano, y en la que se relataban los abusos supuestamente cometidos por su padre.
Un relato que la propia monja ha ratificado en su declaración, añadiendo que recordar los hechos suponía un grave trastorno para la menor, que sufría, además, otros problemas relacionados con la alimentación.
Fueron los servicios sociales los que acudieron posteriormente hasta la institución cántabra para llevársela, a pesar de contar con algunos informes médicos contrarios a su traslado, según Fiscalía. Una vez allí, declaran que la menor sufrió "tres crisis puntuales y provocadas por la religiosa". Los mismos técnicos aseguran haber percibido en el hogar de los acusados un entorno familiar "normal".
Los médicos forenses observan sintomatología postraumática
En su declaración, los médicos forenses describen un relato cargado de "credibilidad" por parte de una presunta víctima que presentaba, durante la fase de instrucción del caso, un trastorno de la conducta alimentaria y un trastorno ansioso, así como una sintomatología postraumática.
Por contra, y por petición de la defensa, una psicóloga clínica y un psiquiatra declaran que el perfil de la víctima respondería a un caso de psicología fantástica o mitomanía. Llegando a la conclusión, según estos dos testimonios, de que la "narrativa nació fruto de un malestar psíquico que terminó con la creación de relatos bizarros".
Fiscalía mantiene la petición de condena
Aunque la joven niega haber recibido presiones, la Fiscalía mantiene las peticiones de condena a los progenitores al percibir que "en la retractación de la menor hay razones para pensar que viene dada por los informes y las presiones".