Regreso a 1995
Javier Llopis, periodista
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La Columna de Javier Llopis: "Regreso a 1995"
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Alcoi
Como si hubiera entrado en el túnel del tiempo, Alcoy regresa a 1995. La historia se repite 28 años después. En la Generalitat mandan las derechas y los destinos del Ayuntamiento están dirigidos por un PSOE debilitado, que ha tenido que recurrir al apoyo de otro partido de izquierdas (Compromis, en este caso) para mantener la Alcaldía. Cambiamos a Zaplana por Mazón y a Sanus por Francés y el panorama es prácticamente el mismo: dos administraciones de distinto color, obligadas a enfrentarse y un montón de proyectos públicos con la imprescindible participación del gobierno autonómico, que tendrán que ser revisados presumiblemente a la baja.
En aquellos lejanos días de finales del siglo XX, el PP empleó una táctica extremadamente cruel para encarar sus relaciones con Alcoy: sitiar políticamente la ciudad, congelar todas las inversiones del Consell y dejar que los alcoyanos se cocieran en su propio jugo hasta que decidieran votar a un alcalde popular aunque sólo fuera por agotamiento. Aquel brutal sistema de entender el ejercicio de la política se vio coronado por un éxito rotundo: en apenas cinco años, Miguel Peralta estaba sentado en el sillón de la Alcaldía, dando inicio a una década de gobiernos conservadores en una ciudad que hasta la fecha estaba considerada un bastión invencible del rojerío valenciano. Hay que subrayar un dato importante: aquella operación de acoso y derribo supuso la supresión de una batería inacabable de proyectos estratégicos, entre los que destaca el auditorio de la antigua fundición de Rodes. Vivir de espaldas a Valencia fue una experiencia muy dura, que le dejó a esta ciudad una larga lista de desperfectos que aún arrastramos.
Las posibilidades de que ahora -en pleno 2023- se repita este montaje son muchas y hay dos razones sólidas para explicarlo: la primera es que el actual presidente de la Generalitat es un aventajado alumno de Eduardo Zaplana, el autor de esta jugada maestra que todavía se estudia en los manuales, y la segunda razón es que si aquel plan de toma de rehenes funcionó bien en 1995, ¿por qué demonios no va a funcionar 28 años después?.
El debate Alcoy/València va a ser el principal protagonista de la legislatura municipal que acaba de empezar. El idilio con Ximo Puig ha sido un corto paréntesis y vienen tiempos de bronca: la Generalitat apretándonos las tuercas para que identifiquemos ayuntamiento de izquierdas con miseria inversora y de paso, forzándonos hábilmente para que en los próximos comicios municipales corrijamos “nuestro error” y hagamos alcalde a Carlos Pastor. La única forma de salir de este secuestro político vendrá de la capacidad de presión y de movilización de la opinión pública que tenga nuestro gobierno municipal. Ese es el gran reto que tiene el equipo de Toni Francés para los próximos cuatro años. El resto son fuegos artificiales.