8.500 kilómetros en moto por los Balcanes: países por descubrir, parque naturales alucinantes y las perennes huellas de la guerra

Alicante

Istria, la mayor península del mar Adriático, fue el entrada de los Balcanes para Germán Torres y su moto BMW 1200GS, con la que a lo largo de 36 días, en un viaje pasado por agua, recorrió Croacia, Eslovenia, Bosnia, Montenegro y Albania. Y como postre, ya que el tiempo le impidió llegar a Serbia, se dio una vuelta por Chequia y Austria, antes de emprender el camino de vuelta.

Fue un viaje en solitario, los mejores para descubrir(te), de muchas idas y venidas, lleno de contrastes; con una naturaleza verde arrebatadora y con un pasado que todavía es presente para alguno de los habitantes de los países que formaron parte de Yugoslavia.

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La palabra 'balcanes', de origen turco, significa 'cadena montañosa boscosa' y para muchos historiadores esta zona es el polvorín de Europa. No hace falta que hablemos del Imperio austrohúngaro y del inicio de la Primera Guerra Mundial; de la resistencia de los partisanos comandados por el mariscal Tito durante la Segunda Guerra Mundial o de la reciente Guerra de los Balcanes, que tuvo lugar entre 1991 y 2001 y que afectó a las seis exrepúblicas yugoslavas. Un enfrentamiento que tuvo un carácter étnico-religioso, tremendamente sangriento y cuyas huellas en forma de genocidios o crímenes de guerra todavía están frescas en la memoria.

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Fue un viaje sin brújula o mejor dicho fue un trayecto intentando buscar el mejor tiempo posible, algo que no siempre consiguió. Istria asegura que es "espectacular"; que las profundas marcas que dejó la guerra en Bosnia le dejaron tocado; en Sarajevo padeces por el asedio de 44 meses que sufrió la ciudad y por el abandono de las instalaciones que unos años antes albergaron los juegos olímpicos de invierno; Eslovenia y sobre todo, Montenegro le maravillaron por la belleza de sus parques naturales. En Albania el tráfico fue una autentica locura. Y de Croacia, además de su costa, destaca el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice.

Un viaje, como reconoce Germán, de nuevo protagonista en Forajidos, de muchas emociones que seguramente taparon los pequeños, pero continuos impactos que genera un viaje de estas características en moto. Ahora, pasado los días todas esas molestias han aparecido de golpe. Es lo que tiene la adrenalina.

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