De Molino de la Marquesa a estadio del Valencia C.F.

València

Hoy nos alejamos del centro histórico y nos hemos venido al barrio de Benicalap para recuperar la memoria del molino de la Marquesa.

Estamos en lo que actualmente son las obras del campo de futbol del Nou Mestalla para contarles que donde hoy se levanta este estadio inacabado y rodeado de edificios de gran altura, hace unos cuantos siglos este lugar formaba parte de la huerta de Valencia por donde discurría la acequia madre de Mestalla, curiosamente igual que ocurría con el solar que ahora ocupa el estadio de futbol en uso en la Avda de Aragón. que tomó su nombre de esta antigua acequia.

Antes de construirse el campo de futbol, en el solar, había una chimenea de ladrillo que quizás algunos oyentes recuerden que pertenecía al llamado Molino de la Marquesa. Sólo quedaba a la vista este elemento, el resto de los edificios que conformaban el molino había desaparecido y gracias a los estudios arqueológicos realizados en el año 2007 podemos saber que este lugar conservaba en el subsuelo restos que van desde época romana a la actualidad.

Marcas de carros romanos

Los restos más antiguos corresponden a dos calzadas datadas en el siglo I a. C. que se cruzaban en este solar, uno en sentido norte-sur y el otro en sentido este-oeste. El ancho de los caminos oscilaba entre los 3 y 3,80 m. y la superficie era de guijarros compactados sobre la base de arcilla. Es curioso que llegaran a distinguirse en la excavación las marcas de las rodadas dejadas por los carros romanos a su paso por estos caminos.

Otro elemento de gran interés fue el estudio de la red hidráulica de acequias que concurren en el solar que ha permitido conocer buena parte de las tipologías de acequias existentes desde la gran acequia madre distribuidora: la Acequia de Mestalla fechada en el siglo XII, siguiendo por el brazo de Petra, ya de cronología postconquista cristiana, hasta las acequias más modestas de riego.

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También de época medieval era el antiguo camino del Molino de la Marquesa que partía del camino de Llíria y finalizaba en el núcleo de Campanar, y que atravesaba la acequia de Mestalla mediante un puente construido en el siglo XV, de un solo ojo que conservaba todas sus partes originales, y que fue desmontado para su posterior integración en el entorno del campo de futbol, cosa que esperamos se haga cuando se reanuden las obras.

Un molino en marcha desde el s. XIII al XIX

Hacia finales del siglo XIII –principios del XIV se construyó un molino hidráulico, que con el tiempo sería conocido como Molino de la Marquesa, pero que según información archivística, en origen se llamaría Molino de Claramunt y estaba formado por la unión de 3 casales dedicados, uno a la molinería de harina, otro como molino de arroz y el último como batán para paños. Este “molino draper” es único ya que conservaba en perfecto estado los dos canales para la ubicación de sendas ruedas verticales que accionaban los mazos con los que se batía la lana.

El molino de la Marquesa siguió en pleno uso hasta el siglo XIX, manteniendo su singularidad entre otros molinos de la huerta, pues en el año 1829 sabemos que poseía 6 muelas, de ellas 3 para harina, 2 para arroz y una para moler el barniz utilizado en las fábricas de cerámicas y azulejos de la Huerta (Manises y Valencia).

A finales del siglo XIX, posiblemente hacia el año 1889, la Compañía López y Raga transformó el antiguo molino en fábrica de harina. Se le dota de nuevas instalaciones y se introduce una nueva fuente de energía con una caldera que necesitaba una chimenea, única estructura que ha llegado en pie hasta nuestros días, aunque se desmontó para construir el estadio con el compromiso de volver a montarla, hecho que no se ha llevado a cabo hasta el momento.

La historia de este complejo arquitectónico finaliza con la definitiva conversión del molino en una fábrica de papel y cartón hacia la década de 1910-1920: la “Papelera Campanar S.L.”

Así pues en este lugar visitado hoy en la Valencia Olvidada se han registrado entre ochocientos y novecientos años de historia ininterrumpida de un edificio (el molino de la Marquesa), a los que se han de sumar los aproximadamente dos mil cien años de antigüedad de las calzadas romanas que atravesaban el solar de lo que será algún día el nuevo estadio del Valencia C.F.

TEXTO: PEPA PASCUAL