Madrid estudia los beneficios de recuperar variedades desaparecidas de garbanzos
Esta legumbre es imprescindible para un buen Cocido pero también para el medioambiente
Espacio de Ecología: Madrid estudia los beneficios de recuperar variedades desaparecidas de garbanzos
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Alcobendas
La importancia de producir garbanzos no sólo se refleja en un buen cocido o en un plato de cuchara que nos aporta bienestar en el frío invierno y sacia nuestro apetito. Además de su faceta gastronómica, esta legumbre también tiene sus raíces plantadas en la Comunidad de Madrid que aporta, además de sus propiedades nutricionales, una mejora en el medioambiente.
Sus virtudes ambientales destacan al fijar el nitrógeno en la atmósfera y por optimizar la estructura de los suelos a través de la herbácea de secano que produce los garbanzos.
Pese a que la siembra de estas legumbres se reduce paulatinamente en el campo español, el cultivo del garbanzo en la Comunidad de Madrid experimentó un aumento el último año, llegando a 1.200 hectáreas frente a las 800 del periodo anterior.
Actualmente, la Comunidad de Madrid produce nueve variedades de garbanzo que destacan por su buen rendimiento, calibre óptimo y adecuada conservación de sus propiedades. Se trata de las llamadas Amelia, Amparo, Elvira, Alcazaba, Eulalia, Inmaculada, Pilar, Lola y Carmen, más una décima en proceso de registro.
Para impulsar aún más su producción, en la finca El Encín del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) de Alcalá de Henares, se están realizando siembras con mezclas de variedades, que podrían proporcionar un mayor beneficio al suelo y mejorar la rentabilidad para los agricultores.
Desde la Comunidad de Madrid se trabaja para contribuir a preservar esta fuente alimenticia y, para ello, el IMIDRA ha recuperado variedades desaparecidas de los campos hace más de 50 años, como la almorta, la alholva o la algarroba, que aportan nutrientes importantes para la salud.
Con estas investigaciones también evalúa el rendimiento de la rotación de trigo y garbanzo en condiciones de bajos insumos.
Sus profesionales están introduciendo los garbanzos negro y marrón, ambos proporcionados por el Centro de Recursos Fitogenéticos del Centro Superior de Investigaciones Científicas.
A lo largo de tres años, han constatado su resistencia a las enfermedades, probado diferentes técnicas agrícolas y comprobado su adaptación a las altas temperaturas y la falta de agua. Al ser más oscuros tienen mayor contenido en minerales y en otros compuestos bioactivos, por lo que resultan beneficiosos para la salud.
Lo hablamos con Antonio Quilis, y con Remedios Alarcón, investigadora en el IMIDRA, doctora ingeniera agrícola y bióloga.
