Una asociación de Fuenlabrada ofrece alquiler económico a jóvenes que vivan con mayores solos
ACUMAFU pone en marcha esta iniciativa para evitar la soledad de los mayores y ayudar a jóvenes a encontrar un alojamiento económico. Ya se han sumado 28 personas en diferentes puntos de toda España, cuatro de ellas en Fuenlabrada
Entrevista con Marcelo Cornellá, presidente de ACUMAFU, sobre la iniciativa intergeneracional para compartir piso y ofrecer alquiler a jóvenes.
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Fuenlabrada
La asociación de mayores de Fuenlabrada, ACUMAFU ha puesto en marcha un proyecto que busca aliviar la soledad del mayor en sus casas y a la vez ofrecer alquiler de habitaciones económicas para los jóvenes que lo necesiten. La idea es que el mayor que reside sólo en su vivienda pueda alquilar una habitación a un precio razonable a personas jóvenes con un alquiler asequible, según ha explicado Marcelo Cornellá, presidente de ACUMAFU.
La iniciativa tiene ámbito nacional y cuenta con la colaboración de la Fundación Alquiler Seguro. Ya se han sumado a ella 28 mayores y otros tantos jóvenes de diferentes puntos de España, 4 de ellos en Fuenlabrada, la mayoría universitarios. Según Cornellá el precio del alquiler de la habitación estaría “como máximo en 200 euros”. En el proyecto se han creado unos bonos que contemplan la realización de diferentes tareas, que podrían ir reduciendo, “incluso a 0” el alquiler.
Desde ACUMAFU se busca el perfil más adecuado de las dos personas que van a convivir, luego se conocen y “cuando se han dado el visto bueno mutuamente, hacemos un seguimiento a través de un trabajador social que colabora con nosotros. También damos ideas para que puedan compartir algún tipo de ocio”, indica, aunque lo que sí hay que hacer es “un reparto de tareas del hogar”.
Aliviar la soledad
De esta manera se quiere aliviar la soledad de la persona mayor, su temor a estar sola por la noche, por ejemplo, y también supone una opción para dar tranquilidad a la familia. Pero el joven tendrá igualmente su beneficio porque “ por poco dinero” puede tener un alquiler.
Aunque la iniciativa ha empezado andar sin problemas, Cornellá, reconoce que ha habido un caso excepcional que no funcionó. “No funcionó porque el mayor sólo ponía la calefacción en su habitación y no en el resto de la casa, y al final el joven desistió de vivir allí”, aunque lo normal es que se lleguen a acuerdos y algunos gastos se compartan entre ambas partes. “La persona que conviven con el mayor, puede llamar incluso a la familia si ve que algo no va bien, y eso es también una tranquilidad para los hijos”, afirma Cornellá.
Es una iniciativa que fomenta las relaciones intergeneracionales en un sector el de la tercera edad que a veces se siente olvidado. De hecho, Cornellá asegura que este año ha aumentado un 35% las personas que están llamando al servicio de asesoría jurídica de la asociación para informarse sobre desheredar a sus hijos.