La convivencia con los roedores

Colmenar Viejo

Los roedores son unos de los filos de vertebrados más abundantes con más de 2200 especies repartidas en todo el mundo. Estos pequeños mamíferos viven en hábitats de todo tipo, desde zonas de alta montaña a humedales costeros, selvas y desiertos y en muchos casos se encuentran asociados a la actividad humana. Algunas de estas especies comensales son capaces de vivir tanto en ambientes agrarios como urbanos. Cuando se producen crecimientos explosivos de las poblaciones, se les denomina plagas y suele estar asociado a una gran disponibilidad de alimento, temperatura óptima y una baja densidad de depredadores. En este sentido, son especies que se encuentran en los niveles bajos de la cadena trófica y lo que les ocurra puede tener una gran influencia en depredadores secundarios y terciarios. La especies que se consideran plagas en nuestras latitudes son la rata gris o de alcantarilla (Rattus norvegicus), la rata negra (Rattus rattus) y el ratón común (Mus musculus). El crecimiento de las poblaciones de estos múridos supone un problema de salud humana por ser vectores de enfermedades de carácter zoonótico y gastrointestinal, por lo que su control es de gran importancia.

En cuanto a las especies de ratas, existen diferencias morfológicas y de hábitats, aunque ambas especies pueden convivir y la distinción entre animales juveniles puede ser complicada. En esos casos las técnicas de biología molecular nos ayudarán a tener una identificación 100% fiable. La rata gris tiene un peso de entre 250 a 550 gramos, su cola es más corta en proporción a su cuerpo y presenta una coloración gris-parduzca. Su hábitat se asocia principalmente al alcantarillado por su carácter más acuático. La rata negra es de menor tamaño con un peso de entre 150 y 250 gramos y su cola es proporcionalmente más larga que su cuerpo con un color más oscuro-negro. Se asocia a zonas arbolas y parques por su carácter arbóreo. La capacidad reproductiva de estas especies varía, pero en condiciones óptimas de temperatura y obtención de alimento pueden llegar a tener 5 camadas de unas 8 crías, lo que las convierte en especies con una alta tasa de transmisión genética y comportamental

El principal método de control a escala masiva es el uso de rodenticidas anticoagulantes pero el uso intensivo o el mal uso ha provocado la aparición de poblaciones resistentes a estos biocidas a nivel mundial incluida España. Además, hay que tener en cuenta que también pueden adaptar su metabolismo y desarrollar estrategias adaptativas en las que su alta tasa metabólica las capacita para inducir vías de detoxificación de compuestos. Nuestro grupo tiene varios proyectos en los que estudiamos los efectos de estos compuestos en las poblaciones de roedores y en el medio ambiente.

Hablamos de ellos con Azucena Bermejo Nogales, científica titular del INIA-CSIC y socia de ANAPRI.