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Sociedad

Cómo detectar el estadío temprano de la violencia de género

La violencia machista no es cuestión de edad, ni condición social o económica, pero entre las más jóvenes, si cabe, es más necesario dar claves para reconocer el problema cuando empieza

Blanca Vergara, psicóloga, y Cristina Agudo, Policía Nacional de Fuenlabrada hablan de violencia de género entre los más jóvenes.

Blanca Vergara, psicóloga, y Cristina Agudo, Policía Nacional de Fuenlabrada hablan de violencia de género entre los más jóvenes.

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Fuenlabrada

Concienciar a las nuevas generaciones de cómo comienza la violencia de género y de cuáles son los signos de alerta, es uno de los retos actuales a la hora de abordar un problema que nos afecta a todos. En este sentido hay iniciativas que se dirigen especialmente a concienciar y ayudar a los más jóvenes, porque esto también va con ellos. Así nació el servicio ‘Conectadas’ del Ayuntamiento de Fuenlabrada, específico para atender violencias machistas entre los más jóvenes o la labor que hace la Policía Nacional, en este caso también en esta ciudad, cuyos agentes acuden a institutos para informar y concienciar a los adolescentes sobre el problema.

Banca Vergara, psicóloga y coordinadora de la Casa de la Mujer fuenlabreña, y Cristina Agudo, agente de la Policía Nacional en esta ciudad, están en primera línea ayudando a los jóvenes. Una de las claves, que las chicas tengan claro qué conductas son de control y por lo tanto, los primeros escalones de un posible maltrato.

Blanca Vergara (izquierda) psicóloga y Coordinadora de la Casa de la Mujer de Fuenlabrada y Cristina Agudo (derecha), agente de Policía Nacional.

Blanca Vergara (izquierda) psicóloga y Coordinadora de la Casa de la Mujer de Fuenlabrada y Cristina Agudo (derecha), agente de Policía Nacional. / Pilar García (SER Madrid Sur).

Blanca Vergara (izquierda) psicóloga y Coordinadora de la Casa de la Mujer de Fuenlabrada y Cristina Agudo (derecha), agente de Policía Nacional.

Blanca Vergara (izquierda) psicóloga y Coordinadora de la Casa de la Mujer de Fuenlabrada y Cristina Agudo (derecha), agente de Policía Nacional. / Pilar García (SER Madrid Sur).

Signos de control

Cuando Agudo va con sus compañeros a los institutos les insiste en conductas de alerta como el control del móvil por parte de la pareja, exigencias para se vista de otra manera, “cierre sus redes sociales o no las use” y en muchos casos, intentos de aislar a la joven de su grupo de amigas, a veces, de alejarla de su familia, porque con “con quien mejor estás es conmigo”, un ejemplo claro de “manipulación emocional y de ejercer mejor su conducta de violencia de género”, dice la agente. En este sentido, el factor celos, a veces poco considerado entre los jóvenes o entendido como algo más o menos ‘normal’, es uno de los más peligrosos en cuanto al aislamiento que genera a la mujer.

Vergara insiste en la importancia de asumir que “no por ser joven estás exenta” de sufrir violencia machista. Es normal, cuenta, que si en la primera relación se ha vivido esta situación o en casa ha sido la tónica general, la joven lo asuma como algo normal. “En esos casos, la mujer es más vulnerable”.

Encadenar varias relaciones con violencia

Ante los casos de mujeres que repiten o encadenan relaciones de violencia machista, Vergara quiere dejar claro que, una vez más la culpa no recae en ellas, nunca es así. Cuando se sale de una relación de este tipo es necesario un tiempo para “recomponerse”, sola o con la ayuda de profesionales, y en ese tiempo la mujer es más vulnerable, necesita apoyo y cariño. Es el momento en el que puede aparecer otro maltratador al que vea como un apoyo, en el inicio, sin darse cuenta de que vuelve a entrar en la espiral.

De todo esto y más cosas habla en sus charlas a los adolescentes Agudo. En muchas de ellas han conseguido detectar chicas que tenían problemas, “ellas o en casa”, sólo por los comentarios o preguntas que hacían. Otras veces, tras terminar el coloquio, aparte, se han dirigido a ella o sus compañeros para consultarles o pedirles ayuda. “Es importante escucharlas, no juzgarlas, ni revictimizarlas y ofrecerles ayuda con todos los recursos disponibles”, explica.

 
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