Tres pautas de la Fundación Tejerina que pueden ayudar a prevenir el cáncer de mama
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Pautas de la Fundación Tejerina que pueden ayudar a prevenir el cáncer de mama
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El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes entre las mujeres a nivel mundial.
En España, se estima que la incidencia es ya de 132 casos por cada 100.000 habitantes, por lo que la probabilidad en mujeres de desarrollar cáncer de mama es de 1 de cada 8, siendo la franja de edad entre los 45 y los 65 la de mayor incidencia, al ser el momento en el que se producen grandes cambios hormonales en los períodos de pre y post menopausia.
Afortunadamente, existen estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Así lo trasladan desde el Centro de Patología de la Mama - Fundación Tejerina, referencia nacional en el diagnóstico y tratamiento de patologías mamarias. Podemos agrupar estas recomendaciones en tres grandes bloques: la importancia del diagnóstico precoz, la adopción de hábitos saludables y la práctica regular de ejercicio físico.
Diagnóstico precoz del cáncer de mama
El diagnóstico precoz es un elemento crucial en la lucha contra el cáncer de mama, ya que permite detectar la enfermedad en sus etapas iniciales, cuando es más tratable y las tasas de supervivencia son más altas, superando el 90% si se encuentra localizado en la mama. Los avances en técnicas de diagnóstico han logrado reducir la mortalidad año a año, siendo la mamografía la prueba más utilizada, permitiendo detectar hasta el 90% de tumores antes, incluso, de que sean palpables o visibles.
El Centro de Patología de la Mama – Fundación Tejerina recomienda no faltar a la revisión anual o bienal para mujeres a partir de los 40 años, pudiendo comenzar antes cuando se trate de mujeres con un riesgo elevado por antecedentes familiares, mutaciones genéticas o siempre que se detecte cualquier cambio o anomalía.
Además, las mujeres deben conocer sus mamas para identificar cambios que puedan aparecer. Realizar una autoexploración es algo sencillo y puede hacerse en casa. Se recomienda realizar la exploración una semana después del inicio de la menstruación, cuando las mamas son menos sensibles y más fáciles de examinar. Las mujeres postmenopáusicas pueden elegir un día fijo del mes para realizar la autoexploración.
Al realizar la autoexploración, es importante buscar cualquier cambio en el tamaño, forma o textura de las mamas, así como bultos, cambios en la piel o secreciones anormales del pezón. Si se nota algo inusual, se debe consultar a un médico de inmediato. Apenas te llevará unos minutos y bastará con seguir estos cinco pasos:
1. Sitúate delante del espejo con los brazos hacía abajo y compara ambas mamas.
2. Eleva los brazos y busca posibles anomalías en la superficie de la mama (deformaciones, cambios en el color o en el pezón, etc.).
3. Coloca una mano detrás de la cabeza y con la otra realiza movimientos circulares en la mama e inspecciona el pezón y areola. Repite el procedimiento con el pecho contrario.
4. Túmbate boca arriba y palpa los cuadrantes externos con la palma y la yema de los dedos, siempre con la mano contraria a la mama que se explora.
5. Finalmente, y en la misma posición, céntrate en los cuadrantes internos desde la clavícula hasta la parte inferior de la mama.
Hábitos saludables: evita el alcohol y el tabaco
Directamente relacionado con unos hábitos saludables está el evitar el consumo de alcohol, uno de los factores de riesgo modificables más importantes para el cáncer de mama. La evidencia científica ha demostrado una clara relación entre el consumo de alcohol y el acrecentamiento del riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El riesgo aumenta con la cantidad de alcohol consumido. Incluso un consumo moderado, como una bebida al día, está asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Por lo tanto, la recomendación para la prevención es limitar el consumo de alcohol tanto como sea posible. Así lo demuestra un estudio del Instituto de Salud Carlos III del CIBERESP y de la Universidad Autónoma de Madrid, en el que se concluyó que en las mujeres con un consumo moderado de alcohol en la adolescencia y con uno mayor en la edad adulta se duplica el riesgo de cáncer de mama en comparación con aquellas con bajo consumo de alcohol a lo largo de su vida. La investigación también revela que el riesgo de cáncer de mama relacionado con el alcohol fue mayor en mujeres posmenopáusicas, por el aumento de estrógenos que conlleva su consumo.
Y, por supuesto, no podemos dejar de lado el tabaco. El tabaquismo es un gran factor relacionado con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer, como el cáncer de mama, especialmente en mujeres premenopáusicas. Los productos químicos presentes en el tabaco dañan el ADN y alteran las hormonas, ambos factores que pueden contribuir al desarrollo del cáncer de mama.
Además, fumar también puede aumentar las complicaciones en el tratamiento del cáncer de mama, sufriendo daños en los pulmones por la radioterapia, dificultad en sanar después de la cirugía y reconstrucción mamaria y mayor riesgo de coágulos de sangre cuando se toman medicamentos de terapia hormonal.
Dejar de fumar no solo reduce el riesgo de cáncer de mama, sino que también mejora la salud en general, disminuyendo el riesgo de múltiples enfermedades crónicas y mejorando la calidad de vida.
La importancia del ejercicio y un estilo de vida activo
El ejercicio físico regular es una de las estrategias más efectivas para reducir el riesgo de cáncer de mama y otras enfermedades. La actividad física ayuda a mantener un peso corporal saludable, regula los niveles hormonales, reduce la inflamación y fortalece el sistema inmunológico, todos factores que desempeñan un papel crucial en la prevención del cáncer. Y es que, según SEOM, el ejercicio físico puede reducir hasta un 30 % el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga urinaria, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20 % el riesgo de mortalidad específica por cáncer.
Actividades de ejercicio cardiovascular, adaptadas a las capacidades de cada mujer, así como ejercicios de fuerza, son muy beneficiosos. Un gran primer paso puede ser, sencillamente, mantenerse activa durante el día, evitando largos períodos de inactividad.
Una dieta equilibrada y rica en nutrientes ayudará a mantener un peso corporal adecuado. El sobrepeso y la obesidad, especialmente después de la menopausia, están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama.