El cine por dentro : '¡Esta casa es una pasada! Los localizadores buscamos los lugares para rodar y negociamos los contratos"
Acompañamos a Miguel Anaya, presidente de la reciente Asociación de localizadores de Madrid, a visitar por primera vez una casa de película por la que se pueden pagar 1.500 euros por doce horas de grabación
'Esta casa es una pasada'
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Madrid
¿Qué es una casa de película? probablemente una residencia de ensueño de grandes salones, pasillos interminables y jardines encantados. Seguro. No obstante, la que Miguel Anaya (Alomad) nos enseñó no tenía eso. Aunque sí era de ensueño porque se había quedado varada en los años cuarenta. ¿Cómo es eso posible? Después de la muerte de su propietaria, su heredera la utilizó poco, y tal como estaba, también era bonita. Esta casa tiene la humildad de esa época. Construida en lo que en aquellos momentos serían las afueras de Madrid, su propietaria estaba a dos pasos del colegio que fundó y en el que trabajaba.
Acompaña la visita Laura, la fotógrafa. Ella está encargada de retratar todos y cada uno de los rincones que podrían servir en un rodaje. Fotografía hasta el interior de un aseo. Entre click y click del obturador, explica: "suelo hacer una media de doscientas capturas. Y aparte de enseñar el espacio, mi misión es proponer encuadres de planos que se podrían dar como alguien sentado en la silla, al lado del aparador, o saliendo por la puerta." Mientras trabaja concentrada en lo que ve a través de su visor, me dice: "me recuerda un montón a una casa que tenía mi abuela. Se ha quedado en aquella época y para los rodajes viene superbien".
'¡Esta casa es una pasada!'
Miguel explica al propietario cómo es el protocolo de los rodajes. Si llegan a un acuerdo con él, tres o cuatro camiones - parecidos a los de las mudanzas - se apostarán en las inmediaciones de la casa y de ellos irán saliendo personas cargadas con cosas. "Esta casa es una pasada, los techos son altos, puedes iluminar" ... "Mira después de ver tu casa, te pueden decir que este espacio lo quieren utilizar para rodar, éste para maquillar, que los de arte necesitan esto de aquí despejado. Pese a que pueden surgir cosas sobre la marcha, la mayoría está superatado. Tú lo tienes que visar por escrito para que no haya movidas." Nuestro dueño alucina, pero admite que esa es la realidad del cine. "¡Qué complejo todo", exclama, y prosigue: "entiendo que todo esté reglamentado, aunque a mi no me importa que me muevan los muebles o que me pinten una pared, si después la dejan como estaba..." y sonríe, "luego lo ves plasmado en la pantalla y parece sencillo, ¡pero es todo un mundo"
Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid