Ecologistas madrileños piden más vigilancia y ejemplarizar ante incendios intencionados o por imprudencias
Las organizaciones ecologistas denuncian el incremento del número de hectáreas quemadas este año, y su relación con el incumplimiento de la normativa
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El Molar
Las organizaciones ecologistas ARBA, Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA, Jarama Vivo y Liberum Natura han reclamado a la Comunidad de Madrid que se tomen medidas eficaces para reducir los incendios en la región, y que haya un mecanismo disciplinario real y efectivo que sea ejemplarizante para los responsables del fuego.
Las organizaciones ecologistas afirman que a pesar del incremento en las inversiones que la Comunidad de Madrid ha realizado en la lucha contra los incendios forestales, 2,4 millones de euros más que en el ejercicio anterior, estos no han dejado de producirse. Según estas entidades, durante este 2024 han ardido ya 1.200 hectáreas, frente a las 1.290 hectáreas que ardieron en los últimos tres años.
Los incendios que se han registrado desde el inicio del periodo con más riesgo podrían haberse evitado si se hubieran llevado a cabo las medidas del propio Plan elaborado por la Comunidad de Madrid. El portavoz de ARBA, Simón Cortés, señala de forma concreta a la prohibición y limitación del empleo de cualquier instrumento, vehículo o aparato como desbrozadoras, radiales, motosierras, cosechadoras, segadoras o tractores con aperos que puedan generar chispas, deflagración, calor o descargas eléctricas. Esta norma se marca en montes y áreas rurales en una franja de 400 metros, desde el 15 de mayo al 31 de octubre, y el uso está sujeto a una autorización expresa de la Dirección General de Emergencias. Cortés recuerda que el incendio de Loeches se produjo por el empleo de una cosechadora en las horas de más calor, y el segundo incendio de El Molar lo causo el uso de una radial, ambos se podría haber evitado, y lamenta la falta de vigilancia para que se cumpla la normativa, y un mecanismo disciplinario ejemplarizante.
Cortés ha explicado que en el primer incendio de El Molar se produjo por el incendio de un camión que prendió en el arcén de la N-1, pasando al monte. Las organizaciones creen que este tipo de casos demuestran que es más importante que se limpien las cunetas a que se desbrocen zonas de interés ecológico.
En el comunicado conjunto de estas organizaciones se reclaman campañas de concienciación y educación sobre la prevención de los incendios forestales, incrementar la vigilancia en el medio natural y periurbano, la restricción temporal de actividades de alto riesgo, como el tránsito y estacionamiento de vehículos en zonas forestales, la celebración de eventos en las fincas ilegales de bodas diseminadas en toda la región, o el uso de fuego en fiestas patronales.