El frontón Beti Jai reabre al público de forma permanente en su 130 aniversario
Se trata de la instalación deportiva más antigua de Europa y el único frontón que queda en la capital
El frontón Beti Jai reabre al público el próximo 28 de marzo tras su restauración / Valeria S. Chamorro
Madrid
Desde hoy se pueden realizar las inscripciones previas para visitar el Beti Jai, el único frontón que queda en la capital y la instalación deportiva más antigua de Europa. Habrá visitas guiadas todos los días y también actividades dirigidas a las familias los fines de semana. Además, a partir del tercer trimestre del año, se inaugurará un centro de interpretación en el antiguo frontón, que abrirá de martes a domingo.
El espacio consta de una cancha de 67 metros y una capacidad para 4.000 espectadores. Lo que más impresiona es su estilo ecléctico: mezcla elementos del neoclásico, neomudéjar y de la arquitectura del hierro en sus gradas interiores. El proyecto fue diseñado por el arquitecto Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo. Construido en 1894, en pleno auge del juego de la pelota vasca, funcionó como tal durante tan solo 3 años, desde el 29 de mayo cuando fue inaugurado hasta finales de 1897.
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Sin embargo, el juego era lo de menos. "El propio nombre nos da la pista: si traducimos Beti Jai del euskera al castellano obtenemos 'Siempre fiesta', que hace alusión a que el objetivo no era competir sino ofrecer un gran espectáculo, hacer múltiples apuestas deportivas y ganar dinero", explica Álvaro López, guía turístico de Pasea Madrid.
Por aquel entonces las apuestas no estaban del todo legisladas y había un vacío legal que permitía a los empresarios ganar grandes cantidades de dinero y el empresario donostiarra José Arana vio una oportunidad en la capital. Tan solo en Madrid llegó a haber 30 frontones de pelota vasca.
La fama duró poco y los madrileños dejaron de interesarse por el juego. Aparecieron otras formas de ocio y las apuestas y la saturación de la oferta terminaron por acabar con la popularidad de la pelota. Con el tiempo, entre las tres paredes que conforman la pista de juego y el graderío, se ha visto de todo. El Beti Jai ha sido uno de los primeros concesionarios de Harley Davidson y de Studebaker, ha sido taller de jeringuillas y de escayolas e incluso escenario de peleas entre perros y ratas. "Uno de los hechos históricos es que aquí se instaló el taller de Torres Quevedo, el inventor del primer mando a distancia. Os podéis imaginar a 300 personas aquí en las en las gradas viendo cómo, sin nadie alrededor, un triciclo empezaba a andar solo", cuenta el comisario del centro de interpretación Beti Jai, Fernando Rodríguez.
Tras esta historia de usos variopintos, en 1919 cerró definitivamente sus puertas en un estado bastante deteriorado. El Ayuntamiento expropió en 2015 Beti Jai -declarado Bien de Interés Cultural en 2011 por la Comunidad-, y junto al apoyo ciudadano y de las asociaciones de defensa del Patrimonio, se terminó de restaurar en 2019. Con su apertura al público general se espera que por aquí pasen unas 120.000 personas antes de que termine el año. Para participar en esta actividad, así como en las visitas guiadas, es necesario realizar inscripción previa a través de su página web.
