‘Santa’ Juana, consejera de Carlos V y referente religiosa, la mujer que da lugar al famoso Día de la Tortilla
Fuenlabrada tiene entre sus fiestas más populares la de la tortilla o Día de ‘Santa’ Juana. La Universidad Complutense ha dedicado un congreso a la figura de esta mística de gran influencia religiosa y política en el siglo XVI
María Victoria Curto, una de las organizadoras del Congreso sobre Juana de la Cruz, nos habla de su figura.
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Fuenlabrada
Todos los 9 de marzo desde hace muchos años Fuenlabrada celebra el Día de la Tortilla o Día de ‘Santa’ Juana. Es una jornada festiva en la que los vecinos salen a las praderas y parques para comerse sus tortillas en recuerdo, según cuenta la tradición, de las peregrinaciones a Cubas de la Sagra para ver a Juana de la Cruz, mujer mística apreciada y valorada por los creyentes.
Sin embargo, pocos saben realmente la historia de esta mujer y su trascendencia en la vida de la época. Juana de la Cruz nació en 1481 y falleció en 1534 y huyó de un matrimonio concertado por sus padres. Vestida con las ropas de su primo se marchó en plena noche hasta llegar a la casa espiritual de Cubas de la Sagra, en Toledo, que luego sería monasterio de franciscanas y ahora es de monjas clarisas. Allí se convirtió en una mujer “con muchas capacidades para la vida contemplativa, pero también para la ayuda caritativa, la predicativa, fue una gran maestra para la comunidad”, según cuenta a SER Madrid Sur, María Victoria Curto, una de las organizadoras del Congreso que sobre la figura de la ‘Santa’ ha organizado la Universidad Complutense.
Aunque reconoce que todavía queda mucho por saber de ella, lo que sí está claro es que “Juana fue guía espiritual de figuras importantísimas de la época como el emperador Carlos V, el Gran Capitán e incluso el Cardenal Cisneros quien apoyó a su comunidad religiosa” e impulso la unificación de sus escritos. “Fue una de las figuras más importantes de la Península durante varios siglos, tuvo una gran influencia religiosa y a nivel político como consejera y figura admirada por nobles y monarcas”, explica Curto.
Puso el foco en la mujer
Además, Juana destacó por poner el foco en la mujer en un tiempo donde no era nada habitual. Curto afirma que “sus escritos eran un poco incomodos”. Tras el Concilio de Trento ya no sonaban tan bien como antes porque “hubo un cambio de espiritualidad normativa que hizo que estas mujeres anteriores a Santa Teresa fueran olvidadas”. Incluso se puede ver cierto paralelismo entre ellas, aunque vivieron épocas y circunstancias muy diferentes. Según Curto, “Santa Teresa de Jesús vive otro momento político y religioso, pero no fue una figura aislada, fue extraordinaria, pero tuvo el ejemplo de otras mujeres extraordinarias del pasado”.
Y es que Juana de la Cruz, era para su época un caso especial. No sólo ponía el foco en la Virgen, sino en la figura de la mujer como maestra espiritual de las comunidades femeninas. Llegó, incluso a reivindicar figuras tan denostadas como Eva. “Habla de Dios como una madre, en ciertos momentos, dice que Dios es padre y madre, es esposo y esposa, hijo, hija y eso era un poco radical”, afirma esta experta.
En este Congreso, celebrado a primeros de febrero, una de las grandes conclusiones fue que la figura de Juana no se puede entender sin conocer y analizar la importancia de todas las mujeres que vivieron con ellas. “Juana sería el producto del trabajo femenino colectivo, tuvo unos dones especiales, pero toda la comunidad trabajó en favor de ella”.
Hoy en día, a Juana de la Cruz la recuerdan con un día muy celebrados popularmente, en Fuenlabrada y Cubas de la Sagra, y aunque Curto afirma que ella “no habló de tortilla nunca”, estaría “muy contenta” con esta tradición popular.