El tesoro de San Antonio de los Alemanes
No hay mejor manera de esconder una joya que ponerla a la vista de todos. Esto podría decir de la iglesia de San Antonio de los Alemanes, construida en el siglo XVII en pleno centro de la ciudad de Madrid. Su austero aspecto exterior hace que muy pocos sean los que se acerquen a visitarla y una vez que cruzan el umbral de su puerta, se quedan sorprendidos por la existencia de aquel maravilloso tesoro
El tesoro de San Antonio de los Alemanes
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Madrid
Durante casi una década viví a pocos metros de la iglesia. Es muy conocida en el barrio por el comedor social que tiene, un servicio que da a los más necesitados desde su fundación en el primer tercio del siglo XVII como iglesia de San Antonio de los Portugueses.
Lo llamativo es que se encuentra en pleno centro de la ciudad, en la confluencia de las calles Puebla, Ballesta y Corredera Baja de San Pablo, y es, lamentablemente, muy desconocida.
Pinturas maravillosas por todas partes
En su interior vamos a descubrir una serie de tesoros tanto arquitectónicos como pictóricos que sorprenderán al visitante. El arquitecto de esta joya fue Pedro Sánchez (evitemos sarcasmos), un sacerdote jesuita que estudió en Roma y de allí se trajo todo lo mejor del barroco italiano.
Entre 1624 y 1631 se erigió este edificio construido con sencillo ladrillo, pero con un interior brillante y asombroso, donde alberga una de las mejores colecciones de pintura barroca de ese tiempo. Sin exagerar. La planta del edificio ya es singular, elíptica. Y desde el suelo hasta el vértice de la cúpula central, todo está cubierto de extraordinarios pinturas. Solo con decir algunos de los nombres de los artistas se justifica su visita: Juan Carreño de Miranda, Francisco Rizi, Luca Giordano, etc. Nadie da más en toda la ciudad de Madrid. Y lo tenemos ahí en el centro.
