El voluntariado medioambiental para jóvenes, una alternativa a las vacaciones de sol y piscina en Madrid
Quince jovenes pasan dos semanas en la sierra Oeste arreglando lo que otros descuidan, gracias al CEA de Chapinería
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Jovenes voluntarios restauran el medioambiente
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Madrid
"A mí no se me hubiera ocurrido, a su edad", "antes no había este tipo de voluntariados", "la verdad es que están muy implicados, me emociona". Estas frases son off the record. Es decir, que fueron pronunciadas una vez que la conexión y la entrevista en directo se terminó. Cualquier periodista que se precie no divulga los off the record, sin embargo, no diremos quienes las pronunciaron, pero damos fe de que fueron expresadas.
Es la primera vez que en Chapinería (2,240 habitantes), el Ayuntamiento organiza en colaboración con el Centro de Educación ambiental El Águila, un voluntariado para jóvenes hasta 30 años. En esta primera ocasión, se han presentado tres chicos y doce chicas de toda España cuyas edades oscilan entre los 16 y los 18. Su propósito es muy variado, pero sobre todo el fin es concienciar a las nuevas generaciones de la importancia de la preservación y conservación del medio ambiente, antes de que sea demasiado tarde. "Hay voluntariados de distintas categorías, ya sea de patrimonio cultural, o social. Para el voluntariado medioambiental se busca que los jóvenes tengan al tiempo un campamento de ocio al que se le suma la posibilidad de que lleven a cabo actuaciones que repercutan de manera positiva en la sociedad, en este caso en el entorno" asegura Diana Iñigo, educadora ambiental del CEA de Chapinería. Conviven durante quince días en La Granja Escuela, El Palomar, donde duermen desayunan, comen y cenan con un horario riguroso. Todo está milimetrado en un excel,"añade.
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Una participante pega un post it con sus objetivos en el voluntariado
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Una participante pega un post it con sus objetivos en el voluntariado
Una de las voluntarias es Camino Salas , quien considera que "somos bastante marranetes. Hemos pasado tres días recogiendo latas de bebidas en los aledaños de un campo de fútbol". Ese somos era una forma de hablar, para no decir los adultos, o la gente que viene por aquí. Camino ha venido desde Valladolid a limpiar lo que ella no ensució . Aun así está contenta de lo que está aprendiendo. Las actividades de esta quincena de jóvenes las dirige Marta Martín, técnica para especialidades de campo. "Hoy hemos estado regando. Es una de las actuaciones más realistas y en la que los chicos y las chicas se involucran muchísimo. Hace un tiempo, el CEA realizó una plantación de encinas, ellos y ellas han estado llevando con cubas el agua a los árboles aún pequeños." Pero, las actividades no se quedan ahí, va a restaurar el Arroyo de la Oncalada, conservar los refugios de animales, o mejorar los alcorques. "Todo ello es una continuidad de lo que lleva a cabo el centro durante el resto del año, pero nos quedamos sin días, sin años ni siglos para seguir con el trabajo que realmente haría falta." De ahí que muchos de ellos expresen su frustración al ver que cuando comienzan las tareas parecería que la guerra estuviera perdida. A la educadora también le toca esta tarea. "Es necesario saber sobreponerse a la frustración y les intentamos dar todas las herramientas que están en nuestro poder para que canalicen sus sentimientos".
Ninguno de los participantes ha acudido al voluntariado acompañado de algún amigo. Cada uno lo ha hecho de manera individual. A Sofía Prados, de Cantabria, le interesaba por añadirlo a su futuro curriculum, pero además estos días le están sirviendo para darse cuenta de que todos nuestros actos, por muy nimios que sean tienen consecuencias. Según cuenta Martín, es indispensable conocer el entorno para quererlo y por lo tanto cuidarlo. Un paseo de reconocimiento por todos aquellos sitios por los que van a pasar durante estos días es imprescindible para comenzar a trabajar, de esta manera se hacen con el medio. Saioa es de Zizur en Navarra. Ella cree firmemente en la educación para cambiar el mundo. A Sei, uno de los pocos madrileños del grupo, le interesó tener la capacidad de poder tomar decisiones durante el campamento. A este respecto, la responsable de la cuadrilla explica: "el primer día hicimos una dinámica en la que expusimos tanto los objetivos personales como los grupales. En ese momento ellos propusieron llevar a cabo distintas actuaciones, entre ellas restaurar los paneles informativos o restaurar los refugios de anfibios."
Otro de los componentes del grupo se llama Marcos Nieto, es de Novelda (Alicante). Su padre es biólogo y un poco responsable de que su hijo esté formando parte de este voluntariado. Nos explica los porqués y los cómos de su viaje. Aún así esta periodista sólo se queda con las últimas cuatro palabras "... y aquí estamos disfrutando". ¿No es acaso disfrutar servir a la sociedad por una buena causa? Ya les digo yo que sí. ¡Enhorabuena a todos!
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Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid