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Tribunales | Actualidad

Los amigos del menor asesinado en Getafe niegan que pertenecieran a bandas criminales

La madre de la víctima también ha declarado en el juicio que prosigue en la Audiencia Provincial de Madrid

La Audiencia Provincial de Madrid ratifica la condena del Juzgado de Getafe contra la mujer que se apropió de enseres del piso de alquiler de donde fue desahuciada. / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

La Audiencia Provincial de Madrid ratifica la condena del Juzgado de Getafe contra la mujer que se apropió de enseres del piso de alquiler de donde fue desahuciada.

Madrid

Los amigos de Ricardo, el chico de 14 años que murió a navajazos en un banco de Getafe, han negado en el juicio que pertenecieran a bandas latinas en contra de la versión del autor del crimen y han manifestado que la víctima se quedó atrás en la pelea que hubo con el grupo contrario en el que iba el agresor.

El juicio por la muerte de este joven, que acababa de cumplir 14 años, arrancó este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid con la declaración de Francisco C. P., conocido como Paquito, en la que reconoció que le dio "un pinchacito" sin intención de acabar con su vida y solo para asustarle para evitar una agresión.

La familia de Ricardo sostiene que recibió una puñalada mortal en el pecho cuando se encontraba en un banco junto a sus amigos para dar una vuelta por el barrio, negando que participara en una reyerta en la que se habrían llevado a cabo los navajazos por parte del acusado y dos amigos suyos menores.

La fiscal solicita para el procesado 37 años de cárcel por un delito de homicidio consumado y otros dos como tentativa. Los menores que participaron en el crimen fueron condenados a dos años de liberad semivigilada.

El tribunal del jurado ha escuchado este martes el testimonio de la madre de la víctima, quien ha iniciado con su marido una campaña de firmas para instar a modificar las leyes para que este tipo de asesinatos no queden impunes y sus autores cumplan las penas íntegras.

La madre ha relatado que se enteró por una llamada que a su hijo le habían apuñalado. La Policía le dijo que había fallecido y que ya no le pudo ver hasta el entierro en "una caja de pino".

"Tenía 14 años recién cumplidos y veníamos de pasar un confinamiento en el que se pasaba todo el día en el escritorio estudiando. Era el primer fin de semana que salía donde encontró la muerte", ha contado al madre entre lágrimas, negando que tuviera problemas de bandas o de cualquier otro tipo.

También han declarado los menores que ese día estaban con la víctima y que resultaron gravemente heridos. Según su versión, hubo una pelea por unos pañuelos que llevaba el grupo contrario y, en contra del procesado, fueron los contrarios quienes iniciaron la trifulca cuando les empezaron a increpar.

Los amigos han comentado que Ricardo quedó atrás en la pelea, por lo que no participó en la misma. Uno de los chicos ha explicado que él llevaba un pañuelo rojo en la cabeza por estética y no como símbolo de alguna banda juvenil, tal y como sostiene el acusado.

HECHOS JUZGADOS

Entre las 18 y las 19 horas del pasado 4 de septiembre de 2020, el acusado transitaba por un calle de Getafe en compañía de dos menores de edad cuando se originó una pelea con un grupo de chicos, todos ellos menores de 16 años de edad, "comenzando a golpearse mutuamente, propinándose indistintamente patadas y puñetazos los unos a los otros".

En ese preciso instante F. J. C. P. asestó a los tres chicos varias puñaladas con la navaja que portaba en su riñonera. Las víctimas consiguieron zafarse de su agresor.

Una de ellas se desplomó a unos 36 metros del lugar de los hechos donde falleció, "irremediablemente por shock hipovolémico hemorrágico causado por la sección parcial de la arteria iliaca externa izquierda", a la altura del número 14 de la calle Ferrocarril.

A su vez, el acusado causó graves heridas a A. A. B. y a O. R. D. que, tal y como recoge el escrito de acusación, habrían fallecido "de no haber mediado una inmediata atención médica".

El acusado, que se encuentra se encuentra en situación de prisión provisional desde el 9 de septiembre de 2020, tiene diagnosticado un trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad lo que conlleva "una baja tolerancia a la frustración y un deficiente control de impulsos que le conduce a la ejecución de comportamientos en cortocircuito sin que exista una previa reflexión que le limitaba levemente sus capacidades volitivas".

 
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