¿Qué hacer ante una parada cardíaca? La historia de un monitor de gimnasio que salvó una vida en pocos minutos

"A las siete y media de la mañana, los de SAMUR llamaron al telefonillo de mi casa y le dijeron a mi mujer: Carlos está muy grave". Carlos López, de 37 años, que no fuma, que no bebe, que hace ejercicio, había sufrido una parada cardio respiratoria. El pasado 16 de diciembre, fue a entrenar al gimnasio y mientras corría en la cinta se desplomó, clínicamente estaba muerto. Ese día estaba en el centro Alberto Martos, de 23 años, que ha sido socorrista y que, por su trabajo en el ámbito deportivo, tenía formación en soporte vital básico y en primeros auxilios. Esos conocimientos le salvaron la vida a Carlos.

Para que el día 21 de diciembre, solo cinco días después de la parada, Carlos pudiera estar en la actuación en el colegio de su hija Abril tuvieron que ocurrir muchas cosas. Elena Gómez, la jefa de guardia de SAMUR, que se encargó del aviso, recuerda que para conseguir un final feliz tuvieron que encadenarse muchas acciones bien hechas. Ningún eslabón de la cadena se rompió y eso permitió a Carlos volver a la vida sin secuelas. Esto es la cadena de supervivencia o la cadena de la vida.

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Alertar y comenzar la reanimación

"Vi como comenzaba a disminuir el ritmo, se cayó de la cinta y cuando fui a verle tenía los ojos en blanco y se estaba poniendo azulado", recuerda Alberto. Al ver estos signos de alarma, el monitor comenzó a organizar la situación. Pidió a una persona que llamara al 112, mando a una persona a buscar un desfibrilador y él y otra chica comenzaron a dar masaje cardíaco a Carlos.

Paco es el técnico de emergencias que cogió la llamada. Desde el otro lado del teléfono avisó a los servicios de emergencia de que había una parada cardio-respiratoria y al mismo tiempo fue dando indicaciones a Alberto. "No es solo que tuviera los conocimientos para hacer todo tan bien como lo hizo, sino que además supo mantener la calma y controlar la situación, que es lo más difícil".

Un día en el 112: así se gestiona una emergencia en tiempo récord

"Nosotros sabemos que cuando nos llaman, lo único que se espera es que mandemos la ambulancia y ya está" asegura el veterano técnico de emergencias "pero nosotros necesitamos saber más cosas, y si nos dan toda la información podremos hacer mejor nuestro trabajo y podremos ayudar a salvarle la vida a alguien. Paco se queja de que, en muchas ocasiones -cree que por el miedo y los nervios- las personas que llaman no atienden a sus explicaciones.

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Llegan los refuerzos

Alberto y una chica, que le ayudó con el masaje cardíaco, continuaron hasta que llegaron los sanitarios de SAMUR. "Yo seguí dando masaje porque pensaba que hasta que no me dijeran nada, yo no me quitaba" recuerda Alberto, es muy importante no parar nunca de aplicar el masaje cardíaco. "Uno hombre de SAMUR se puso de rodillas frente a mí y me dijo: 'cuando te diga, me das el relevo'. Era el turno de los profesionales, pero todavía quedaba mucho por hacer. Comenzaron el protocolo de soporte vital avanzado, le canalizaron una vía, le intubaron, lo colocaron las palas del desfibrilador (no habían podido encontrar uno antes) y aplicaron la descarga. Aunque no había recuperado la consciencia, había recuperado el pulso. La línea verde del electrocardiograma volvía a ser normal y tocaba trasladarle al hospital.

"Dimos el preaviso al hospital y entramos directamente a la sala de hemodinámica" cuenta la jefa de la guardia. Allí tenían que solucionarle el infarto que había sufrido Carlos y que era la causa de que su corazón se hubiese parado, y lo consiguieron. "A veces no somos conscientes de lo difícil que es que todas las piezas de la secuencia cuadren para que todo salga bien, por eso nos hace tan felices ver a Carlo aquí con su mujer" cuenta Elena Gómez, emocionada, durante el reencuentro de todos los protagonistas de esta historia. La doctora asegura que trabajar en emergencias "es muy duro" y que "se ven cosas terribles", por eso, esta historia les "llena de alegría".

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La importancia de conocer la cadena de supervivencia

Alberto, el monitor del gimnasio, intenta deshacerse de los elogios que recibe tirando de humilidad: "no hice nada especial, apliqué lo que había aprendido y Paco me ayudo desde el teléfono". Pero lo cierto es que no todo el mundo hubiese sabido ni podido actuar como lo hizo él. El tiempo medio de llegada a un aviso de SAMUR, en Madrid capital, es de 8 minutos. Es muy poco tiempo, pero son unos minutos absolutamente fundamentales para, en casos así, salvarle la vida a alguien y, lo que a veces es más importante, es que puedan continuar su vida sin secuelas.

Carlos parece tranquilo y sereno cuando habla: "Quiero mandar un profundo mensaje de agradecimiento a Alberto, a las personas de SAMUR y a las enfermeras de cardiología del hospital Ramón y Cajal, sin ellos, literalmente, no estaría aquí". En la reunión todos coinciden en la importancia de que todo el mundo conozca la cadena de supervivencia y animan a los ciudadanos a que se formen en soporte vital básico y en primeros auxilios, "nunca sabes cuando te puede tocar" asegura Carlos.