Los transportistas del Gregorio Marañón denuncian que trabajan con camiones sin climatizar, a "más de 45 grados"

Madrid

Los transportistas internos del Hospital Gregorio Marañón denuncian que sus camiones, propiedad del centro, son muy antiguos, no tienen aire acondicionado y este verano han soportado en las cabinas temperaturas superiores a los 45 grados. Es una queja que no es nueva. Las organizaciones sindicales llevan tiempo pidiendo una renovación de la flota, hasta el momento, sin éxito. El pasado mes de julio, tras solicitárselo a la gerencia del hospital y no obtener respuesta, lo llevaron ante la Inspección de Trabajo que requirió, entre otras propuestas, que se valorara la posibilidad de cambiar la flota o se colocaron toldos en las áreas de descanso para evitar que los vehículos se recalentaran mientras están estacionados. Fuentes del centro defienden que ya se están adoptando medidas, como cambios en los horarios o la reubicación de los aparcamientos en zonas con sombra. Algo que resulta insuficiente para los afectados.

Son 12 los empleados que se encargan de la logística interna del hospital. Transportan alimentos, medicamentos, útiles sanitarios o el servicio de lavandería dentro de las dependencias del centro. Dos de estos departamentos están fuera del recinto hospitalario. Son el Instituto Provincial de Rehabilitación, a una media de 6 minutos de trayecto, y el Instituto Provincial de Oftalmología, a 14 minutos. Estos son tiempos con condiciones de tráfico favorables, pero los afectados aseguran que si hay más actividad en las carreteras se pueden superar "los 30 o 40 minutos" al volante. Estos traslados los hacen con camiones que tienen una antigüedad, en algunos casos, de más dos décadas con matrículas B, (año 2000), C y D (2003). No tienen sistema de climatización y tampoco puede incorporarse. Son seis los vehículos al uso.

"El pasado 29 de julio las cabinas llegaron a tener más de 50 grados de temperatura. [...] El día a día es insostenible", denuncia Víctor Tomé, del sindicato UGT. Según afirma, los conductores llevan cuatro años pidiendo soluciones a la gerencia del centro, sin respuesta. La última petición fue el 18 de julio. Ante la pasividad del hospital, el día 28 acudieron a Inspección de Trabajo. En su resolución, a la que ha tenido acceso La SER, la inspectora requiere al centro que "de manera inmediata" se adopten varias medidas, como "valorar la posibilidad de que tramitar un leasing —alquiler— provisional de los camiones", "cambiar turnos y rutas" o "instalación de toldos" en el lugar de aparcamiento. Además, encomienda a la dirección a dar charlas a los trabajadores para informarles "sobre los riesgos específicos de los golpes de calor".

Para los afectados este requerimiento es un paso adelante, pero no es suficiente ni todo lo "contundente" que podría ser. Tomé explica que hay tareas, como el traslado de las comidas diarias o de medicamentos que no pueden posponerse, que tienen que hacerse en un horario concreto. Los turnos de trabajo de estos conductores son por la mañana de 8h a 15h y por la tarde de 15h a 22h, sin descanso en las horas con más calor. Tampoco les ayuda su vestimenta: tienen que ir con chaleco de poliéster y se recomienda que usen mascarillas al tratar con productos sanitarios. Los transportistas, según detalla Tomé, han pasado un verano duro, soportando altas temperaturas, pero prefieren mantenerse en el anonimato para evitar posibles represalias.

Sin cambios tras la inspección laboral

La resolución de la inspectora de trabajo se firmó el pasado 3 de agosto y dos semanas después la situación sigue prácticamente igual. Según Tomé, solo se han reubicado los aparcamientos a una zona con sombra. Ni se han colocado toldos, ni se han alquilado nuevos vehículos. Y modificar las rutas es "inviable". Los trabajadores se sienten olvidados por la dirección del Gregorio Marañón. "Les da igual, no les preocupa", lamenta Tomé. El sindicalista también recuerda que el verano está ya a punto de acabar y critica que estén dejando pasar el tiempo sin aplicar soluciones.

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Fuentes del hospital desmienten al sindicato. Dicen que la mayoría de los traslados "no duran más de cinco minutos" y que sí ha habido cambios. Aseguran que se "han estudiado las demandas de los conductores" y se han puesto en marcha medidas como "la modificación de los horarios y rutas de traslados para evitar las horas de más calor, el aparcamiento en zonas de sombra, la instalación de un toldo contiguo a los almacenes, y la adquisición de toallas refrigeradas para que puedan refrescarse". También defienden que los empleados "tienen a su disposición cuartos con aire acondicionado y nevera con agua fría en los principales puntos de carga y descarga". Por último, afirman que se está barajando "la viabilidad de incorporar otros sistemas de ventilación en los camiones, y se ha impartido formación sobre golpes de calor a los conductores".

Desde UGT insisten en que no van a parar hasta que haya cambios efectivos porque se está poniendo en riesgo la salud de los conductores —con edades comprendidas entre los 30 y más de 50 años—. Para seguir con la lucha, además de la resolución de Inspección de Trabajo, se amparan en un informe de verificación del Servicio de Prevención del Hospital. Este documento se emitió el 8 de noviembre de 2021 y en él se constata que los camiones no tienen aire acondicionado y que no se pueden climatizar. Ante eso recomienda "la valoración, por parte de la Subdirección de Servicios Generales, de un plan de renovación de la flota de vehículos". Eso sí, añade que "no hay legislación que exija la corrección de estas medidas". La gerencia del hospital ni siquiera lo contempla.