¿Qué pasa cuando los padres piensan que su niño es un Messi o un Ronaldo en potencia?
Hay niños que lloran en el banquillo porque creen defraudar al padre y a otros les puede la ansiedad. Desde el Club UNIÓN 2000 de Parla se quiere cambiar “el ambiente tóxico” de los campos de fútbol base
Entrevista a Paco Paz y Pedro Tiburón del Club Unión 2000 Parla sobre fútbol base y presión a los menores.
17:04
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Parla
A algo más de un mes para comenzar la temporada que lleva a cientos de clubes de fútbol base a iniciar las competiciones, desde el Club Unión 2000 de Parla se aboga por cambiar el paradigma. Acabar con la presión que muchos padres meten a sus hijos, con los insultos o las conductas vergonzosas, que a veces, llegan incluso a agresiones. Situaciones que influyen en los menores y hacen, que muchos de ellos, cuando lleguen a los 18 dejen de practicar este deporte porque les supera.
Paco Paz, presidente de la Unión 2000 de Parla reconoce que a veces en los campos se respira “un ambiente tóxico, con insultos graves a los niños del otro equipo”. Y es que, dice, “los padres se transforman cuando juega su niño o niña y se pierden el respeto a ellos mismos, a sus hijos, a los árbitros y a entrenadores”. Esta actitud viene, en muchos casos, porque los padres no entienden “que su hijo, casi con toda seguridad, no será una estrella, ni se dedicará profesionalmente al fútbol, así que deben dejarle disfrutar y pasárselo bien, sin presionarle tanto”, porque se dan casos de progenitores que “con cuatro años creen que tienen a un Ronaldo en casa”.
Según cuenta Pedro Tiburón, entrenador en este club parleño, son situaciones que afectan de forma importante a los chavales. “Se descentran ante tanta orden cuando juegan, las que les doy yo en el campo y las que les llegan desde las gradas”. Es mucha presión. "Yo he llegado a ver a un niño llorando en el banquillo porque decía que su padre le iba a regañar por haberlo hecho mal”.
En este club, en el que juegan entre 350 y 370 niños y niñas, en sus 20 equipos, desde los 4 años hasta los 27, lo tienen claro, y abogan por concienciar a las familias para que disfruten, junto con los hijos, cuando les vayan a ver jugar, dejando a un lado si ganan o pierden. Ellos lo vienen intentado en su club y creen que esta conciencia hay que extenderla a todos los campos.
“El Unión es un equipo humilde que quiere que los niños jueguen, progresen, se lo pasen bien y hagan amigos, jugar es un hobby”, dice Pedro. Para el presidente es importante trasmitir el mensaje de que el niño debe ir a divertirse y el padre con él. “Si gana enhorabuena y si no, otra vez será, no pasa nada. Cuando el niño tenga 20 años no podrá ir a verle al fútbol porque ya habrá dejado de jugar, así que ahora que vaya y lo disfrute”.
Y algo curioso, o no tanto, con las restricciones de la pandemia los niños jugaban mejor y más tranquilos. El secreto era que sus padres no podían ir a verlos al campo. Es triste, pero verdad, por eso hay que repensar todo y cambiarlo, dice Paz.