10 años del accidente de Germanwings: "Tener un lugar donde poder velar por mi madre es muy importante"

Barcelona

¿Cuál es la importancia de tener un lugar al que regresar cuando alguien ha muerto? ¿De tener un punto en el mapa que permita conectarte con esa persona que querías, quieres y ya no está? "Es importantísimo poner en un lugar la transición de vivir y morir", ha señalado Andrés Cuartero, jefe de psicología del Servicio de Emergencias Médicas (SEM), quien ha añadido que es imprescindible colocar en un espacio el recuerdo de una persona: "Ayuda que haya un espacio de expresión emocional", que es diferente para cada persona.

Esto es lo que han hecho 120 familias catalanas que han viajado hasta los Alpes franceses, donde hoy hace 10 años un piloto de Germanwings estrelló el avión que debía aterrizar en Düsseldorf. Esta mañana se ha realizado un homenaje íntimo para recordar a las víctimas en el pueblo de Le Vernet, con ofrendas florales y unas carpas montadas a pocos metros de donde se estrelló el avión, reservadas solo para familiares. Algunos de ellos incluso se han atrevido a ir al lugar exacto del accidente, a pesar de la nieve y el frío que hacía.

La importancia de tener un lugar

Entre todos estos familiares estaban Cristina, Óscar y David. Ellos dos subieron esta mañana hasta el lugar donde murieron su padre y su esposa. Cristina, que perdió a su madre, no ha ido hoy, pero sí lo ha hecho en otras ocasiones: "Tener un lugar donde poder velar a mi madre es muy importante". Ellos no tienen nichos ni urnas con cenizas, y poder ir al lugar donde murieron es un "alivio" y una gran "parte del duelo".

David, que perdió a su esposa, ha subido desde la primera expedición organizada por Lufthansa: "Nos enseñaron el lugar de la tragedia para que fuéramos conscientes de la gravedad". Hacer este viaje les dio pie a organizarse y crear una organización para continuar con las ascensiones hasta el lugar de los hechos. Óscar, que cuando murió su padre tenía solo 9 años, también ha ido durante cuatro años seguidos. Para él, subir hasta donde ocurrió todo le despierta "un sentimiento místico e indescriptible".

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"Cuando estamos allí es como un recogimiento, nos permite meditar y sentirnos cerca de nuestras personas queridas", ha descrito David. Allí, en silencio, todos hacen su duelo, y es "un silencio que grita", ha asegurado Cuartero. El psicólogo especializado en emergencias ha destacado que cuando una persona vive una tragedia como esta, cada uno lo vive de manera diferente.

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La importancia de compartir el duelo

A pesar de la intimidad de estos encuentros, también es importante el homenaje social, reunirse con personas que han vivido lo mismo. Cuando Cuartero asiste a familiares de una tragedia como esta, ya sabe que ese espacio acabará siendo un futuro lugar de peregrinaje. Un lugar donde se conmemorarán fechas concretas, como el décimo aniversario, que sirven para "actualizar el recuerdo", pero también un lugar que siempre está ahí para que cada uno "de manera íntima" pueda ir cuando lo necesite.

Aparte del lugar, también es muy importante el "bálsamo" que supone compartir el dolor con personas que han pasado lo mismo, porque "les permite reencontrarse y continuar relaciones". De hecho, Cuartero ha admitido que incluso es más liberador que compartirlo con especialistas: "Los une la tragedia y han compartido un proceso muy largo", primero de información, o de falta de ella, y luego del duelo.

Ahora, Cristina, Óscar y David están tristes, pero templados. Han podido regresar al lugar donde sus vidas cambiaron y han pasado el duelo durante estos 10 años, entre ellos y con ayuda psicológica. Óscar tuvo un psicólogo que lo ayudó mucho durante los dos primeros años, con quien aún mantiene contacto y lo ayuda siempre que lo necesita. David, que era un "hombre de 56 años que no creía en los psicólogos", se encontró llorando en casa buscando a su esposa y comenzó a asistir a terapia, a hacer deporte y a practicar el arte, y ahora ha "encontrado la paz". Cristina pasó un año en atención psicológica por la pérdida de su madre, pero lo ha seguido por otros motivos. Hoy no ha subido al lugar donde se estrelló el avión, pero tiene previsto volver antes de que termine el año para llevar las cenizas de sus abuelos a descansar junto a su hija.