Más de 3.700 pisos turísticos ilegales de Barcelona se han convertido en viviendas residenciales en los últimos diez años
Según datos del Ayuntamiento, el año pasado, 270 pisos turísticos sin licencia volvieron al mercado residencial

Varias personas con maletas en el centro de Barcelona / David Zorrakino / Europa Press

Barcelona
En los últimos diez años, 3.743 pisos turísticos ilegales han vuelto al mercado residencial en Barcelona. En cuanto a los datos más recientes, en 2024, según el Ayuntamiento, 270 alojamientos turísticos sin licencia se convirtieron en viviendas de residencia habitual. Para dimensionar las cifras: en la capital catalana, el año pasado se empezaron a edificar 1.151 viviendas nuevas. Los expertos en vivienda señalan que, para hacer frente a la falta de oferta, es mucho más eficiente recuperar viviendas que construir de nuevas.
En declaraciones a SER Catalunya, el comisionado de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona, Joan Ramon Riera, celebra la cantidad de pisos "recuperados": “Creo que es una muy buena cifra, pero con que haya un solo alojamiento ilegal, ya no nos gusta", asegura. "Lo que nos gustaría es que todo el mundo cumpliera las normas que como sociedad nos hemos dado”.

Pisos turístics sense llicència a Barcelona que han passat al mercat residencial / Redacció SER

Pisos turístics sense llicència a Barcelona que han passat al mercat residencial / Redacció SER
El año pasado, el consistorio abrió 2.457 expedientes por todo tipo de incumplimientos relacionados con los piso turísticos. De estos, 873 terminaron en multas, que oscilan entre los 3.000 y los 300.000 euros según la infracción. “Habría que analizar caso por caso las circunstancias que se han dado. Todo depende del nivel de fraude”, explica Riera, que insiste en que es “una mala noticia” que alguien se salte la normativa. “También lo es que alguien quiera hacer trampas. Esta picaresca es la que perseguimos y la que queremos erradicar”.
Revisiones manuales y presenciales
El Ayuntamiento cuenta con un equipo de personas que revisan manualmente los anuncios, uno por uno, y luego llaman a los timbres para comprobar el uso de cada vivienda. Se trata de los técnicos del servicio de inspección, que actualmente son casi una treintena en la capital catalana. Sin embargo, llegar a llamar a las puertas de los pisos es un proceso más complejo que simplemente presentarse allí. Antes, una herramienta informática que recibe el apodo de "la araña" rastrea los portales de anuncios, analiza los datos y avisa a las plataformas que promocionan estos alojamientos.

A partir de ahí, los técnicos responsables se encargan de comprobar, a través de fotografías, la existencia del piso y, posteriormente, su ubicación. Luego, es el equipo de inspectores quien acude presencialment a la viviende para certificar la actividad que se está llevando a cabo. "Hemos vivido casos en los que, incluso, el inspector ha tenido que visitar hasta cinco veces un mismo piso. Nuestros inspectores verifican in situ qué ocurre allí: si encuentran a alguien viviendo en la vivienda o si encuentran a turistas", explica Riera.

Si los técnicos municipales encuentran a un residente habitual en el piso, el expediente abierto se cierra. En cambio, si tras la puerta hay turistas, tanto el expediente como la investigación siguen abiertos. A partir de aquí, se inicia un proceso para subsanar la ilegalidad y, si es necesario, se abre un expediente sancionador.
El Ayuntamiento insiste en extinguir 10.000 licencias en 2028
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció en junio su intención de eliminar las 10.000 licencias de pisos turísticos que existen en la ciudad, convirtiéndolos en viviendas residenciales. La decisión de Collboni se ha visto reforzada en los últimos días, después de que el Tribunal Constitucional avalara la semana pasada el decreto de la Generalitat de 2023, que limitaba las viviendas turísticas en Cataluña y abría la puerta a la eliminación de este tipo de alojamientos. "Es nuestra voluntad y nuestro compromiso. El decreto de la Generalitat autoriza y empodera a los municipios para tomar esta decisión. Una decisión para regular el alojamiento de uso turístico en la ciudad", defiende Riera.
