El road mánager del grupo 31 FAM acumula más de 30 posibles víctimas de abusos: "Me masajeaba tocando el glúteo y la zona de debajo del ombligo"
SER Catalunya relata el testimonio de una docena de víctimas del productor musical, que ya se han organizado para denunciarlo después de que la Ertzaintza le detuviera en Bilbao por grabar a adolescentes con una cámara oculta

El mánager del grupo 31 FAM acumula más de 30 posibles víctimas de abusos: "Me masajeaba tocando el glúteo y la zona de debajo del ombligo"
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Barcelona
"Siempre estaba acompañado por chicos de entre 16 y 23 años. Solía preguntar por las relaciones sexuales a los jóvenes, pero nunca explicaba nada sobre él ni su vida". Es la radiografía que hace uno de los testigos que ha recogido SER Catalunya sobre Miguel Z., el road manager del grupo de trap 31 FAM, ex coordinador del Festival Brot de jóvenes músicos del Ayuntamiento de Barcelona, a quien todo el mundo en la industria conocía como Flautek. "Tenía 18 años cuando nos conocimos. Fue quien me incorporó a una de las bandas que representaba. Con el tiempo vi que, muchas veces, cuando estaba con él en su casa -o en una habitación de hotel cuando estábamos de gira- cogía el móvil y lo apuntaba hacia mí cuando no llevaba camiseta", relata otra de las víctimas que ya ha declarado ante los Mossos.
Una docena de chicos han querido relatar los abusos cometidos por este hombre, que actuaba de forma metódica: primero contactaba con músicos jóvenes y emergentes por redes sociales, se interesaba por su trabajo y poco a poco se iba ganando su confianza. En la mayoría de casos, chicos aún menores de edad. Así lo relata otro de los testigos: "Me contactó por TikTok cuando tenía 15 años. Se ofreció a ayudarme, llevándome a un estudio de grabación. A veces me decía que podía darme un masaje, pero yo lo rechazaba. Siempre tenía la cámara del móvil en la mano, en todo momento".
Otro relata: "Siempre se ofrecía a dar masajes, desde la vertiente energética y relajante. Los hacía en la espalda y bajaba hasta el glúteo. Eran siempre tocamientos casuales. Nos hablaba mucho del chacra que hay debajo del ombligo. Decía que era el más importante. Siempre jugaba con la confusión". Aparte de estos tocamientos encubiertos en masajes, también se dedicaba a recopilar imágenes de los jóvenes de diferentes maneras: grabando a escondidas con el móvil, cámaras ocultas y utilizando excusas diversas.
Los objetivos del detenido no eran siempre artistas urbanos que captaba con la excusa de promocionarlos. También se fijaba en miembros del equipo técnico. Uno de ellos retrata al presunto agresor como "una persona de confianza que, a medida que pasaba el tiempo, se comportaba de forma sospechosa". Constantemente estaba ofreciendo a los chicos ir a su casa, o a viajar, forzando estar en espacios de convivencia. Siempre lo pagaba todo, y una de las víctimas, el primero en denunciarle, se preguntaba: "¿Por qué lo hace? ¿Qué quiere de nosotros?".
Ahora las posibles víctimas, más de 30, se están coordinando para denunciarle. Han creado un grupo de WhatsApp para poner en común sus experiencias y han visto que usaba el mismo patrón con todos. Las denuncias las están recibiendo los Mossos d'Esquadra de Barcelona y Badalona. "Todo esto me ha afectado muchísimo, tengo clarísimo que tengo que denunciarlo", concluye uno de los testigos. 31 FAM le despidió como mánager en cuanto tuvo conocimiento de las denuncias.
Un bolígrafo con cámara oculta en el lavabo
La liebre salta cuando la semana pasada la Ertzaintza le detiene en Bilbao acusado de agresión sexual y revelación de secretos después de que dos jóvenes artistas con los que hacía un viaje promocional a Bilbao le denunciaran. Tras pasar a disposición judicial, el juzgado le dejó en libertad con medidas cautelares mientras la policía ha estado revisando cientos de archivos sexuales que le han encontrado. Al día siguiente pasó a disposición del juez que le ha dejado en libertad, pero con orden de alejamiento. Por eso, la Guardia Civil le interceptó en el aeropuerto de Bilbao, cuando intentaba subir al mismo avión que las víctimas para regresar a Cataluña.
Los jóvenes siguen conmocionados. "Después de lo que se ha ido sabiendo, atas cabos: cuando yo manifestaba que quería ir al baño, él decía que quería ir antes", explica uno de sus compañeros. Era el momento en que el acusado aprovechaba, según sospecha, para colocar la cámara para grabarle sin ropa.
Todos insisten en que siempre elegía apartamentos con un aseo para compartir, y tanto de viaje como en su casa, cuando alguien quería ir al baño, él decía que tenía que ir antes. Así es como empezaron a sospechar. Los primeros denunciantes explican a la SER que se les acabó la paciencia cuando una noche, la del pasado lunes, la tercera vez que uno de los jóvenes dijo que quería ducharse, Miguel Z. se coló antes. "El problema es que estaba más de 20 minutos", explica el denunciante. Tras entrar en el baño, el chico rebuscó por todas partes hasta que se confirmaron sus peores sospechas: encontraron tres cámaras ocultas. “Tenía tres bolígrafos con cámara, con una lucecita encendida. También una petaca micrófono. Y una batería de 10.000 amperios”, relata. "Es una barbaridad", añade.
Acto seguido, los dos jóvenes cogieron al acusado y lo arrastraron hasta una comisaría de la Ertzaintza. Eran las 5:25 de la madrugada. Estuvieron declarando hasta pasada las 13 h. Ahora le investigan por agresión sexual y revelación de secretos.