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Se capturan peces del río Onyar en Girona para trasladarlos al Ter ante el episodio de sequía

Los ejemplares quedan aturdidos mediante la pesca eléctrica

Técnicos contratados por el ayuntamiento de Girona utilizaron durante el día de hoy un método para salvar a los peces autóctonos ante la falta de caudal del río Onyar consistente en aplicar electricidad al agua para dejarlos inconscientes y facilitar así su traslado al río Ter. / David Borrat (EFE)

Técnicos contratados por el ayuntamiento de Girona utilizaron durante el día de hoy un método para salvar a los peces autóctonos ante la falta de caudal del río Onyar consistente en aplicar electricidad al agua para dejarlos inconscientes y facilitar así su traslado al río Ter.

Girona

La empresa Sorelló ha empezado este miércoles a capturar peces del tramo urbano del Onyar para trasladarlos al Ter ante el episodio de sequía. El rescate de los ejemplares se realiza con pesca eléctrica, un sistema que crea un campo eléctrico en el agua que aturde a los animales para poder pescarlos. Esta es la primera vez que se hace una actuación de estas características en esta zona y tiene como objetivo evitar que los peces mueran por falta de oxígeno. Y es que el caudal del Onyar se sitúa en estos momentos en los 200 l/s, muy por debajo de lo habitual. Los ejemplares autóctonos se trasladarán al Ter y los invasores como la carpa -mayoritarios- se sacrificarán. La actuación se repetirá a mediados de mayo y junio.

La sequía extrema ha obligado a actuar en el Onyar, en el tramo urbano que discurre desde Pedret hasta la salida sur de Girona. El caudal del río está bajo mínimos y corrían el riesgo de morir masivamente por falta de oxígeno. "Lo que nos lleva a realizar esta actuación es el estado de los peces, principalmente carpas, que vemos de del puente", ha explicado el director de la empresa encargada de la intervención, Quim Pou.

El riesgo para la salud pública es mínimo, pero existía el peligro de una mortalidad masiva como la que ya se vivió el pasado otoño. Para evitarlo, se ha utilizado la técnica de la pesca eléctrica, que consiste en crear unos campos eléctricos de entre uno y seis metros que aturden los peces y permiten capturarlos con más facilidades. Los ejemplares autóctonos que se capturen se trasladarán este mismo miércoles al Ter, con mayor caudal. Las invasoras, en cambio, tendrán que sacrificarse.

Pou ya ha avanzado que, a estas alturas, lo que más abunda en este tramo urbano del río son las invasoras y, muy especialmente, la carpa. De hecho, durante las primeras horas de capturas solo uno de cada 10 ejemplares pescados eran autóctonos. Entre los originarios del Onyar, todavía se pueden encontrar algunas poblaciones de anguila, espinilla de montaña o el bagre. Pou calcula que se extraerán un centenar de carpas, pero la cifra podría ser muy superior.

La previsión es que cuando el río recupere el caudal habitual, los peces autóctonos vuelvan o se queden en el Ter, donde tienen mayores poblaciones.

La de este miércoles es la primera fase de una intervención que se repetirá a mediados de mayo y junio.

Esta es la primera vez que se hace una intervención de estas características en este tramo del río, aunque se habían hecho en la acequia Monar. En el pantano de Sau en marzo, se realizó una intervención similar, pero a gran escala, para sacar los peces a raíz de la transferencia de agua al pantano de Susqueda.

 
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