Perfumerías Avenida cae "con honor" en la final de la Copa de la Reina

Salamanca

Empezaba el duelo, tras un espectáculo de presentación extrarodinario, como toda la Copa en cuanto a organización, con un triple de Andrea. Y hasta ahí los triples de Avenida en la primera parte. El desacierto fue, sin duda, el talón de Aquiles de un Avenida que no tuvo en absoluto el día en el peor momento. Más errores y nervios que aciertos, más defensas que ataques, un partido de pizarras y de final, típico de una final, con Avenida repartiendo mucho la anotación y Jairis apostando por la dupla López y Berstch. Avenida mandaba con lo justo, 12-14 tras diez minutos.

Lo intenso del partido se tornó en aún más trabado, aún más en desacierto. Como hace menos de 24 horas, cada milímetro se pagaba carísimo y ninguno de los dos equipos se encontraba confortable en ataque pero daba la sensación de que, en el caso de Avenida, a poco que encontrar acierto, podía escaparse. Tuvo un par de opciones claras para ponerse +6, pero, primer detalle (porque esto va siempre de detalles), no culminaron y Lou sobre la bocina clavaba un triple doloroso para marcharse Jairis al descanso, 25-23.

El primero que comenzara a enchufar se lo llevaba y desde luego, esas fueron las murcianas. Uno tras otro, en un inicio de parcial arrollador, comenzaron a anotar sin descanso desde el perímetro. Avenida sentía cada triple como una puñalada en el corazón y eso repercutía en un ataque que no hacía más que perder balones. Cinco minutos que costaron una Copa, porque Jairis se marchaba como un avión con hasta veinte puntos de ventaja. La casta en Avenida tiene nombre y apellidos: Silvia Domínguez, y sólo ella se encargó de sostener al equipo con ocho puntos seguidos, para dar algo de vida con diez minutos para acabar, 52-37.

No fue algo de vida, porque en Avenida no se rinde nadie nunca. Nunca. Cuando todo parecía encaminado a un paseo militar, Avenida creyó apostando por un quinteto más pequeño, presionando en toda la pista con las fuerzas que quedaban y robando balones y, al fin, anotando desde el triple. La renta bajaba de la decena, la Marea Azul creía en las opciones que no mucho tiempo antes parecían imposibles, y Avenida se puso a uno, 56-55. Momento, sin duda, clave porque con posesión, el aro escupe la pelota de Silvia para ponerse por delante. Lo siguiente fue un triple y un jarrazo de agua fría que terminó por sentenciar a Avenida. El de Lou sobre la bocina a una mano puso los clavos al ataúd. Se dejaron todo, no fue suficiente. Pero hay que seguir.